11 septiembre 2016

NO SE MERECEN SER NUESTROS REPRESENTANTES


Yo tengo conceptuado a los cuatro políticos que en la actualidad representan a la mayoría, en el Congreso, como unos vulgares “ganapanes”, como son Rajoy, Sánchez, Rivera e Iglesias. De Rajoy da la impresión que es como aquél “D. Tancredo”, que ejecutaba el lance taurino, esperando al toro, de pié subido en un pedestal, a la salida de chiqueros, en mitad del albero. El ejecutante iba vestido con ropas de época, o de payaso, y pintado íntegramente de blanco. Su mérito consistía en quedarse quieto, ya que el saber de la tauromaquia es que al quedarse inmóvil, el toro cree que la figura blanca es una estatua y no lo embiste. Yo creo que así es como Rajoy nos ve a todos los españoles, importándole un carajo todo lo que ocurre a su alrededor. Él se queda inmóvil, y solo se mueve para enviar mensajes de “tranquilidad” a imputados, y colocar a señoras en el Senado para que sean aforadas, y también para decir paparruchas, como la declaración que hizo sobre el nombramiento de su ex-ministro Soria, o del actual De Guindos, como si éste se hubiese caído de un guindo. Sobre Rivera, creo que se me ha ido la mano y lo he ensalzado un poco más de lo que se merece, llamándole “La Daga Florentina”, como le decían a Francisco Silvela, gran pugilista de la palabra, del Partido Conservador, Presidente del Consejo de Ministros, durante la Regencia de María Cristina y el reinado de Alfonso XIII. Silvela tenía una lengua que cuando subía a la tribuna de oradores en el Congreso, los de los bancos contrarios, incluso algunos de los suyos, se cagaban “patabajo”. Y Rivera, a pesar de ser de la misma cuerda de Rajoy, pone a éste a caer de un “burro mojino”. Para comprobar su mosqueo, solo tienen que observarle cuando se acaricia la barba y los tic del ojo izquierdo, y alguna que otra vez, también del derecho, cuando lo ponen verde por culpa de los “sinlachones” que tiene en sus filas; pero como ya digo, él se viste de blanco, se sube en un barril “bocabajo” y hace como el del chiste: “Asómate tú, que a mí me da la risa”. Y sobre Sánchez, si habla en el Congreso, es el “Estóico”; y si es a los periodistas, el “Circunspecto”; ya que ambas definiciones, creo que le cuadran. Creo que piensa, que como Rajoy, e Iglesias, le hicieron lo mismo a él en la anterior y cortita legislatura, pues ahora que se jodan, pero mientras, como ocurrió entonces, quien realmente se jode somos los que pagamos nuestros impuestos, para abonarle a él, a Rajoy y a toda la caterva que nos están representando, sus sueldos que ellos mismos se pusieron por la ley, que también ellos votaron. Claro que como el hombre va deshojando la margarita, a ver quién lo quiere más, y mucho, como la trucha al trucho, creo que en vez de una margarita, anda por ahí con la flor de una adelfa, el “Laurel de Flor”, una bella flor que ni las cabras se comen, por lo venenosa que es. Y finalmente tenemos a Iglesias, el que le dicen “El Coleta”, pero que yo le llamo “El Rapero”. Y le digo “El Rapero”, porque camina y habla como un cantante de rap. Su andar encorvado, con camisa de mercadillo arremangado por el cúbito y el radio, es de una absurda indolencia, como si fuera perdonando las miradas cuando hace el paseíllo por los pasillos del Congreso, como el clásico pistolero chulo y malo de una película de “Convoy”, que camina por medio de la calle a punto de desenfundar las pistolas a la primera de cambio. Y no me digan de sus discursos: Siempre “rajando de la casta”, pero el tío hace como escribió Lope de Vega en su “Perro del Hortelano”, que ni come ni tampoco deja comer a nadie; solo “dando por culo el joío perro de los cojones”.
No sé ustedes, pero yo pienso que si todos los españoles nos pusiéramos de acuerdo, y cada vez que esta gente nos llame para votar, fuéramos con un periódico, o un libro en la mano, y en vez de introducir la papeleta en la urna, nos pusiéramos a leer en el mismo colegio electoral, sin hacer ni puto caso a los delegados, con sus fotos colgados en el pecho; entonces creo que las papeletas, se las tendrían que comer, como las cabras hambrientas mastican los papeles.

...Os permito, tolero, admito, que no os importe la República, pero no que no os importe España. El sentido de la Patria no es un mito...”. Esto lo pronunció Manuel Azaña, el mismo día 18.07.1936, nada más enterarse del golpe de estado del traidor Franco y los fascistas. Yo les digo a estos políticos de la “casta”, como a los de “nuevo cuño”: Aplíquense el “parche”, y piensen que es España, nuestra Patria, la que nuestra credibilidad como españoles está en juego ante el tablero internacional, y no vuestros partidos peleones del “Y tú más”.

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