NO SE MERECEN SER NUESTROS REPRESENTANTES
Yo
tengo conceptuado a los cuatro políticos que en la actualidad
representan a la mayoría, en el Congreso, como unos vulgares
“ganapanes”, como son Rajoy, Sánchez, Rivera e Iglesias. De
Rajoy da la impresión que es como aquél “D. Tancredo”, que
ejecutaba el lance taurino, esperando al toro, de pié subido en un
pedestal,
a
la salida de chiqueros, en mitad del albero. El ejecutante iba
vestido con ropas de época, o de payaso, y pintado íntegramente de
blanco. Su mérito consistía en quedarse quieto, ya que el saber de
la tauromaquia
es que
al quedarse inmóvil, el toro cree que la figura blanca es una
estatua y no lo embiste. Yo creo que así es como Rajoy nos ve a
todos los españoles, importándole un carajo todo lo que ocurre a su
alrededor. Él se queda inmóvil, y solo se mueve para enviar
mensajes de “tranquilidad” a imputados, y colocar a señoras en
el Senado para que sean aforadas, y también para decir paparruchas,
como la declaración que hizo sobre el nombramiento de su ex-ministro
Soria, o del actual De Guindos, como si éste se hubiese caído de un
guindo. Sobre Rivera, creo que se me ha ido la mano y lo he ensalzado
un poco más de lo que se merece, llamándole “La Daga Florentina”,
como le decían a Francisco Silvela, gran pugilista de la palabra,
del Partido Conservador, Presidente del Consejo de Ministros,
durante
la Regencia
de María Cristina y
el reinado de Alfonso XIII. Silvela tenía una lengua que cuando
subía a la tribuna de oradores en el Congreso, los de los bancos
contrarios, incluso algunos de los suyos, se cagaban “patabajo”.
Y Rivera, a pesar de ser de la misma cuerda de Rajoy, pone a éste a
caer de un “burro mojino”. Para comprobar su mosqueo, solo tienen
que observarle cuando se acaricia la barba y los tic del ojo
izquierdo, y alguna que otra vez, también del derecho, cuando lo
ponen verde por culpa de los “sinlachones” que tiene en sus
filas; pero como ya digo, él se viste de blanco, se sube en un
barril “bocabajo” y hace como el del chiste: “Asómate tú, que
a mí me da la risa”. Y sobre Sánchez, si habla en el Congreso,
es el “Estóico”; y si es a los periodistas, el “Circunspecto”;
ya que ambas definiciones, creo que le cuadran. Creo que piensa, que
como Rajoy, e Iglesias, le hicieron lo mismo a él en la anterior y
cortita legislatura, pues ahora que se jodan, pero mientras, como
ocurrió entonces, quien realmente se jode somos los que pagamos
nuestros impuestos, para abonarle a él, a Rajoy y a toda la caterva
que nos están representando, sus sueldos que ellos mismos se
pusieron por la ley, que también ellos votaron. Claro que como el
hombre va deshojando la margarita, a ver quién lo quiere más, y
mucho, como la trucha al trucho, creo que en vez de una margarita,
anda por ahí con la flor de una adelfa, el “Laurel de Flor”, una
bella flor que ni las cabras se comen, por lo venenosa que es. Y
finalmente tenemos a Iglesias, el que le dicen “El Coleta”, pero
que yo le llamo “El Rapero”. Y le digo “El Rapero”, porque
camina y habla como un cantante de rap. Su andar encorvado, con
camisa de mercadillo arremangado por el cúbito y el radio, es de una
absurda indolencia, como si fuera perdonando las miradas cuando hace
el paseíllo por los pasillos del Congreso, como el clásico
pistolero chulo y malo de una película de “Convoy”, que camina
por medio de la calle a punto de desenfundar las pistolas a la
primera de cambio. Y no me digan de sus discursos: Siempre “rajando
de la casta”, pero el tío hace como escribió Lope de Vega en su
“Perro del Hortelano”, que ni come ni tampoco deja comer a nadie;
solo “dando por culo el joío perro de los cojones”.
No
sé ustedes, pero yo pienso que si todos los españoles nos
pusiéramos de acuerdo, y cada vez que esta gente nos llame para
votar, fuéramos con un periódico, o un libro en la mano, y en vez
de introducir la papeleta en la urna, nos pusiéramos a leer
en el mismo colegio electoral, sin hacer ni puto caso a los
delegados, con sus fotos colgados en el pecho; entonces creo que las
papeletas, se las tendrían que comer, como las cabras hambrientas
mastican los papeles.
“...Os
permito, tolero, admito, que no os importe la República, pero no que
no os importe España. El sentido de la Patria no es un mito...”.
Esto lo pronunció Manuel Azaña, el mismo día 18.07.1936, nada más
enterarse del golpe de estado del traidor Franco y los fascistas. Yo
les digo a estos políticos de la “casta”, como a los de “nuevo
cuño”: Aplíquense el “parche”, y piensen que es España,
nuestra Patria, la que nuestra credibilidad como españoles está en
juego ante el tablero internacional, y no vuestros partidos peleones
del “Y tú más”.
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