EXPLICACIÓN A UN NIÑO EL EMBARAZO DE UNA MUJER EN EL SIGLO XXI, Y UNA PINCELADA DE “LA CASA DE LA JUERGA”, DE MUÑOZ SECA
Esto del
lenguaje de Internet, si lo hacemos con un poco de jocosidad, la
verdad es que tiene su mijita de guasa. De los varios amigos y
familiares que tengo, uno de ellos, también con amplias ganas de
sopleos y cachondeos varios, me ha enviado, -que no sé de donde lo
ha sacado el tío-, el siguiente diálogo de un padre con su hijo
pequeño, ávido éste de saber cómo nacemos las personas. Lo de
las abejas, la semillita, y la cigüeña parisina, todo eso está
fuera de onda, así que la explicación moderna, y tecnológica, que
le dio el padre, experto en temas de Internet, a su hijo, fue la
siguiente: “Papá, ¿Cómo nací yo?. Muy bien hijo, algún día
debíamos hablar de esto, así que te voy a explicar lo que debes
saber: Un día, papá y mamá se conectaron al Facebook, y se
hicieron amigos. Papá le mando a mamá un e-mail para vernos en un
cybercafé. Descubrimos que teníamos muchas cosas en común y nos
entendíamos muy bien. Cuando no estábamos frente al laptop,
chateábamos por el Black-Berry, o por el iPad, o el PC, según se
diera. Y así nos fuimos enamorando hasta que cierto día decidimos
compartir nuestros archivos. Nos metimos disimuladamente en el baño,
y papá introdujo su Pendrive en el puerto USB de mamá. Así
estuvimos más de una hora. Cuando comenzaron a descargarse los
archivos, nos dimos cuenta que nos habíamos olvidado del software de
seguridad y que no teníamos Firewall; y como ya era muy tarde para
cancelar la descarga, e imposible borrar los archivos, dejamos que el
placer de nuestra comunicación, inundara el USB de mamá con mi
Pendrive. Así es que, a los nueve meses: ¡¡tatachín!!....Apareció
el inesperado VIRUS, llorando, cagando y con muchas ganas de mamar. Y
ese VIRUS, mi querido hijo, fuiste tú”.
Y
ahora algo de la escena primera del
cuadro segundo de “La Casa de la Juerga”. Un sainete de Muñoz
Seca, publicado en 1906, donde el autor pone en boca de “Antoñito”,
estos versos: “Tengo un borrico canelo/ más sabio que el profesó,/
con orejas de ministro/ y ojos de gobernaó./ Rebusna como si fuera /
diputao ministerial/ y se come hasta el pesebre/ como cualquier
consejal./ Yo quisiera que a mi burro/ lo sacaran diputao,/ porque
siendo más burros/ a ese puesto ya han llegao./ Pero temo que de
serlo/ vaya a quedarme sin él,/ porque como allí habrá tantos/ no
lo voy a conocer”.
Si algún político se da
por aludido, conste que no va por él; pero sí que debiera pensar en
lo que dijo
Nietzsche, un alemán con un bigote, parecido a un gato enroscado a
su nariz, muy puesto en filosofía, poesía, música y filología,
¡casi ná!, el tío. Bueno, pues dijo que el hombre sufre tan
terriblemente en el mundo que se ha visto obligado a inventar la
risa. Y la verdad es que si echamos cuenta de lo que dicen los
expertos, que durante
la risa “trabajan” 15 músculos faciales, que es muy saludable,
porque rejuvenece al estirar y estimular los músculos de la cara.
Tiene, además, un efecto tonificante y antiarrugas. Todos los
especialistas coinciden que la risa es la mejor terapia para retrasar
el envejecimiento cutáneo, y dicen que muy fácilmente, con 15
minutos de risa, llegaríamos a quemar tantas calorías como en una
larga caminata o un paseíto en bicicleta. Así que: usted sabrá lo
que hace. Yo, de momento, apenas termine de repasar esto que les
escribo, quizás moveré algunos de esos musculitos que tenemos en la
jeró; y no me beso porque no puedo.
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