“LA SOLUCIÓN FINAL”
El 26 de febrero de 1942,
una carta dirigida al diplomático alemán Martín Luther, fue
redactada por el nazi, Reinhard Heydrich durante la Conferencia de
Wannsee, para solicitarle asistencia administrativa para la
implantación de la “Endlösung der Judenfrage”, -Solución final
al problema judío-. Recreándose sobre esa Conferencia, se rodó la
película: “La Solución Final”, protagonizada por Kenneth
Branagh, que trataba de la eliminación de los judíos europeos, en
un castillo alemán. Yo cada vez que la veo, y son varias veces, por
la sevicia, la crueldad y el sadismo que se desprende del diálogo,
se me ponen los pelos como escarpias, preguntándome cómo puede
haber personas, tan faltos de humanidad, que traten así a otros
semejantes. Haciendo el símil, no tan criminal y trágico, por
supuesto, como el de los nazis, pudiera ser que aquí en España,
dentro de varias décadas, algún director de cine lleve a la gran
pantalla lo que acuerdan en la gran mesa de un consejo de ministros,
entre otras cosas, sobre la apestosa fosa séptica, donde cefean u
hozan, la Gürtel, el Bárcenas, con el ¡Ánimo Luís!, los pagos
diferidos, los ERES, los cursos para parados, las comisiones
urbanísticas, y la Honorabilidad de la gran familia de los
Honorables, en la que la matriarca manda a la mierda a los
periodistas que le preguntan. También
la lenta eliminación para inmigrantes sin papeles, de la Sanidad
Pública Universal, y el enriquecimiento de las empresas privadas de
esa sanidad. Quitarse un buen juez de la circulación, y sacar las
tasas judiciales, que cuestan una pasta, para evitar denuncias.
Eliminar la Ley del Aborto, para que muchas mujeres tengan que salir
al extranjero a abortar, en vez de hacerlo en casa, dentro de la ley,
y más barato. Los trámites de los Registros Civiles endiñárselos
a los registradores de la Propiedad, y cobrar por ellos, cuando
siempre han sido gratis. El Ministerio de Energía, promoviendo el
llamado “fracking”, que es la contaminación de las aguas
superficiales y subterráneas, del aire, afecciones a la salud
humana, alteraciones del paisaje, contaminación de suelos al cerrar
los pozos; y sobre todo los riesgos sísmicos. De esta forma se
enriquecen las compañías energéticas que contratan a
ex-presidentes de gobiernos, ex-ministros, ex-diputados,
ex-senadores, y algún “conmilitón”, que no ha vestido el kaki
en su vida, dando vueltas en puertas giratorias, como en un tiovivo.
Promoviendo leyes anti energías renovables; y fíjense que Alemania
produce más kilovatios/hora con energía solar que España, siendo
nuestro país el que más horas de sol tiene en toda Europa. Las
viviendas sociales de una ciudad cuya alcaldesa, que no fue elegida,
y que muy languidecida, le han picado su billete tenía más asesores
que ninguna otra en España; las viviendas venderlas y desahuciar a
los inquilinos de toda la vida; enriqueciendo así a las
inmobiliarias (fondos buitres), y de “soslayo” al marido de una
representante política que curra en una de ellas. En Educación, los
chavales de primaria y ESO, podrán matricularse en una religión
confesional, cuya calificación contará en las notas ordinarias.
Desaparece la Educación para la Ciudadanía; y como una ministra
cree que los niños españoles están gordos, se promueve
la practica diaria de deporte y ejercicio físico por parte de los
alumnos durante la jornada escolar, al estar obligadas las
Administraciones Públicas a promover la actividad física y la dieta
equilibrada en los centros de enseñanza. Quizás algún mandamás
desea que los chavales actuales canten aquéllo de los “luceros en
las montañas nevadas, por las rutas imperiales, con las filas bien
prietas mirando a Isabel y a Fernando”, que nosotros no teníamos
ni puta idea de lo que significaba, pero debimos aprendérnoslo, y
cantarlo con marcialidad, formados de tres en fondo, cuando solo
éramos unos críos. Y como broche de oro, hay que saber que la
Iglesia Católica Oficial no sufre la crisis, ya que recibe de cada
españolito, sea de la confesión que sea, 260 euros, que más o
menos son 11.000 millones al año, toda una pasta gansa. Yo creo que
eso es residir en un paraíso fiscal con palmeras y refrescos a gogó.
Podría decirse que es el 1% del PIB de nuestro país. Dicen los
expertos que con esa pasta se podrían construir unas 5.000 escuelas
públicas, y matricular a 2.500.000 escolares. Un amigo me dice que
esta gente que nos gobierna, se va pareciendo a Vaspasiano, en el año
74, que gravó con un impuesto sobre la orina y la caca a los
retretes públicos; y su hijo Tito lo criticó por desagradable que
era esa medida, a lo que replicó: “Pecunia non olet”, o sea que
el dinero no huele; pero fíjense que yo creo que los de esta gentuza
apesta a mierda recién cagada. Por eso los españolitos estamos más
que hartos, y solo deseamos que los políticos corruptos devuelvan el
dinero equivalente a los perjuicios que han causado al Erario
Público, que somos todos, con su mala gestión y sus fechorías; y
también que endurezcan el Código Penal con procedimientos
judiciales más rápidos y con castigos ejemplares para ellos.
Y
el final de la peli, su sinopsis, sería algo así como el
enriquecimiento de ellos y sus amiguetes, y el paulatino
empobrecimiento de los trabajadores, que somos los paganinis.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home