JERGA EN ANDALUZ DE LA CALLE
Un imbécil que pone
maneras de académico, que siempre sostiene la mirada fija mientras
habla, y también sonríe con menosprecio ante opiniones ajenas, a
veces acaba por ser tomado como hombre notable, cuando realmente es
eso, un imbécil. Un señor, muy puesto en estulticia y fantasmadas,
me decía que en Andalucía, en concreto en Málaga, se habla muy mal
el castellano. Yo le contesté que por ese motivo en nuestro país
se debe proscribir de la Enseñanza, en escuelas, institutos y
universidades, todo cuanto vaya contra su propio fin, o sea, todo
dogmatismo y prejuicios anticipados que no sea el único en ilustrar
y dar a conocer la Cultura. Porque se debe tener en cuenta que no
existe una manera atea, y otra mahometana de explorar las minas,
tampoco hay un sistema católico, ni budista para aprender física, o
química, ni tampoco para agudizar el espíritu. Claro que también,
por otra parte, para sonreír no hace falta contar chiste alguno,
solo con hablar con personas como éste “mascabrevas”, ya tenemos
el rato asegurado para nuestra sonrisa, y también porque nuestra
Historia está llena de anécdotas “chispeantes”, como los versos
satíricos que le escribieron al marido, y primo, de Isabel II,
Francisco de Asís de Borbón, que el hombre, que padecía de
hipospadia (malformación de uretra), debía mear agachado como las
mujeres, y decían los versos: “Problemas en la Corte/ averiguar si
el consorte/ cuando acude al excusado/ mea de pié o mea sentado”.
Dicho esto, y como sé que este “hombre notable”, suele leer este
periódico, le invito a que se fije bien cuando un buen andaluz,
tanto ilustrado o tocado con “boina”, que va a un kiosko, en vez
de decir el nombre de la cosa que quiere, dice: “deme un desto”.
No te dice que te espera en “casa de Paco”, te dice:
“TesperoencaPaco” (todo seguido). No le da “rabia” de algo,
le da “mucho coraje”. Y no “ha metido la pata”, “la cagao”.
No dice “qué calor hace”, dice: “ ¡joé!, no vea la caló
que estásiendo”. No dice: “esto es incomprensible”, dice:
“esto no lo entiende ni Dió”. No pregunta: “dónde nos
vemos”, dice: “onde queamo”. No pregunta “dónde estás”,
dice “ondeanda”. No dice “por ejemplo”, dice “un poné”.
No dice “haz lo que quieras”, dice “haz lo que te de la gana”,
o “haz lo que te salgalocohone”. No dice que alguien es un
“mentiroso”, dice que es un “fantahma”. No dice que “has
tenido una mala actitud”, dice “no vea como las liao, tío”.
No usa “sprays” contra mosquitos, usa “fli”. No dice “estoy
de acuerdo contigo”, dice: “aro, aro”. No te dice “date
prisa”, dice: “enga ya cohone”. Al final dice que si tienes
cualidades para ser un buen andaluz, debes compartir esto. Todos los
símiles los he podido leer en Internet, y como solo es una pincelada
de nuestro lenguaje yo, por lo que me corresponde, con sumo (con “z”
si es del Barrio de la Trinidad en Málaga), gusto lo he compartido
con amigos, y también les hago partícipes a ustedes; y
principalmente al estulto criticón. Porque como saben, en nuestra
ciudad, mucha gente utiliza ese lenguaje, herencia de nuestros
abuelos andaluces.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home