SOLICITO UNA CALLE PARA EMILIO “EL MORO”
Pues sí, pido una calle
para el inolvidable Emilio Jiménez Gallego, “Emilio El Moro”,
melillense que hizo patria chica allí donde actuaba. ¡Ah!, y como
es natural, otra para mi maestro de música, D. Julio Moreno, porque
no se me va de la cabeza el día que leí una
anécdota ocurrida cuando el Rey Alfonso XIII le otorgó a D. Miguel
de Unamuno, la Gran Cruz de Alfonso X El Sabio, y el escritor
comentó: “Me honra, Majestad, esta Cruz que tanto merezco”. A lo
que el Monarca contestó: “¡Qué curioso!, en general, la mayoría
de los galardonados aseguran que no se la merecen”. Entonces el
gran filósofo, le dijo: “Señor, en el caso de los otros,
efectivamente no se la merecen”. Y llevaba razón, el hombre. Esto
también viene al caso por la reciente concesión de la “Medalla
Militar”, con distintivo blanco, que le han concedido a Isabel
Migallón, medalla que sí que la merece esta historiadora, por la
gran labor que está llevando a cabo desde hace años, junto a otro
historiador, Eduardo Sar, sobre la Historia Militar de nuestra
ciudad; y creo que si las ampollas
de la envidia, son jodidas y reticentes, aconsejo el único medio que
hay para su cura: vinagre de manzana con cebolla, muy triturado y
aplicarlo por la noche en la dichosa ampolla; y por la mañana, antes
de tomarse el cafelito, untar un poco de vaselina en la zona de la
“envidia”; les garantizo que nunca falla, porque es mano de
santo. Pero, ¡ojo!, jamás la ingieran, porque las cagaleras serían
catastróficas. Y ya puestos que le cambien el nombre al Callejón
del Moro, en El Pueblo, y pase a ser llamado: “Callejón del Moro
Dorador”, que fue el que, como cómplice
traidor, apodado “El Dorador”, cometió la felonía de delatar a
Cervantes, en su primer intento de fuga, declarándose éste como
único responsable de organizar la evasión e inducir a sus
compañeros. Claro que debajo de ese cartelito, deberá figurar otro
con esa leyenda; quedaría precioso, y tampoco costaría tanto, ¿no
creen?. Y conste que no me importa mucho que el político responsable
se apunte el tanto; ya que se lo cedo con sumo placer; todo sea por
la Cultura y por el Turismo.
Creo
que por estas fechas se cumplen 85 años de la inauguración del
Monumento al Sagrado Corazón, situado en el interior de “La Gota
de Leche”.
Que
no, que no se me olvida la calle Napoleón, que aunque caigan chuzos
de punta seguiré reclamando a los políticos que el nombre de ese
general lo retiren de nuestras calles, y más ahora que he encontrado
un aliado en mi compañero Antonio Salido, al que agradezco el gesto.
Hay que joderse, que ya somos dos los que reclamamos esa retirada, y
ambos residentes fuera de la ciudad. Yo espero que alguna vez
alguien residente, se sume a esta petición, como ya ocurrió con la
losa funeraria de Arruit.
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