YO TAMBIÉN QUIERO QUE MOHAMED VI PIDA PERDÓN A FELIPE VI (2ª)
Hay
que decir, que las kábilas que comprendían cada una de las dos
comarcas de esa región eran las siguientes: Senhaya de Srar, Zerkat,
Beni Hanus, Beni Bu Nesar, Beni Bechír, Bení Bu Chibet, Tagsut,
Beni Ahmed. El Rif, propiamente dicho: Beni Ammarl, Beni Bu Frah,
Beni Iter Bení G'Mil, Mestasa, Bení Seddat, Beni Urriaguel, Bocoya,
Ketama, Targuist, Beni Mesdui, Tensaman y Beni Tuzín. También
debemos saber, que una década más tarde, el
“gobierno” de la “República
Confederada de las Tribus del Rif”, liderada
por el rebelde Abdelkrím, estaba compuesto por: Abdelkrím El
Jatabi, Jefe del Estado o Príncipe del Rif, Sidna -Nuestro Señor-;
Mulay Abdeselam el Khatabi, 40 años, ministro de finanzas, y tío
paterno de Abdelkrím; Ahmed Budra, 38 años, ministro de la guerra,
con misión de suministrar recursos militares y reclutar gente para
la lucha; Mohamed Azerkan, 36 años, asuntos exteriores, marido de la
hermana favorita de Abdelkrím. Era apodado ”El Punto” por
mendigar en su niñez un punto -colilla-, a los soldados españoles.
Abdelkrím jamás se fió de su cuñado. Mohamed Hamar de Tensaman,
60 años, ministro de justicia, ejerciendo pésimamente su
ministerio. A Shaik el Jazid, 45 años, ministro de interior, se le
confió el mantenimiento de la unidad tribal; Mohamed Buhibar, 30
años, experto en política española y francesa; Mohamed Wuld Hadja
Cheddi, 25 años, segundo de Azerkan para exteriores y favorito de
Abdelkrím; Mohamed Muhamadi, 30 años, casado con otra de las
hermanas de Abdelkrím, era primer Secretario; ”Severa” de
Bocoya, ministro de marina y jefe de la flota de pequeños botes del
Rif. Según parece, puso minas en el desembarco de Alhucemas en favor
de España y Francia, muriendo poco después en extrañas
circunstancias. Hassan Ben Adel-Aziz, argelino, periodista y 2º
Secretario, entendía de política europea, amigo de Azerkan y
Bujibar. Nunca llegó a ganarse la confianza de Abdelkrím. La
bandera
de esa “República”, es roja con un rombo blanco en el centro,
dentro del cual hay una media luna de color verde, y una estrella de
seis puntas del mismo color. Se cree que esa estrella la tomó
Abdelkrím como referencia de una que poseía de su estancia en
Melilla.
El
10 de Agosto de 1921. Monte Arruit se rinde después de una heroica
defensa de 13 días. Algunos testigos presenciales, que se salvaron,
comentaron que, cuando los españoles iban saliendo por la puerta de
la posición, los moros los acribillaban a balazos, y a puñaladas,
formándose tal confusión por el terror de verse indefensos ante
tamaña traición y cobardía. Existen fotos que ilustran aquélla
felonía, después del desastre en todas las posiciones que se
rindieron, y que a continuación fueron masacradas. El 18
de Agosto de 1921, todos los que quedaron del Desastre y retirada de
Annual, llegaron a Monte Arruit. Entre ellos estaba el General
Navarro, D. Felipe Navarro, Barón de Casa Davalillos, que era 2º
jefe de la Comandancia General y Alcalde de Melilla, no lo pusieron
en libertad junto a sus compañeros de cautiverio, hasta el 27 de de
Enero de de 1923.
Abdelkrím,
haciendo el “paripé”, envió un pésame a la madre política del
oficial Velázquez, muerto pocos días antes. Este gesto por parte
del caudillo rifeño era debido a la mala prensa que tenía en la
Península, y otras partes del extranjero, por su leyenda negra de
torturas a prisioneros.
En
Monte Arruit se erigió un monumento a la memoria de muchos de los
caídos en la rendición. Existen varias fotografías de color sepia,
donde se puede leer: “A
la memoria del comandante D. Wenceslao Sahún Navarro; Teniente de
Intendencia D. Ricardo Iglesias González; soldado de Ingenieros D.
Jesús Díaz Collado; cabo Cesáreo Iglesias; soldados Claudio de
Rosas, José Bernabé y Gregorio Escudero. Los paisanos D. Manuel
López Vega, D. José Pérez Alonso y D. Juan Moreno Aragonés. Que
defendiendo este edificio desde el 24 de Julio hasta el 2 de Agosto
de 1921, sitiados por los rifeños dieron sus vidas por la Patria. La
Brigada Disciplinaria a sus heroicos compañeros. Año de 1922”.
Con
respecto a no atacar Melilla por parte de Abdelkrím, se ha corrido
mucha tinta y aún hoy mucha gente, que se supone, enterada en
política internacional, dicen que no atacó la ciudad porque sus
tropas estaban cansadas de tanto combatir. Yo estoy de acuerdo con lo
del agotamiento y tanta barbarie como llevaron a cabo contra los
indefensos soldados que se rendían. Lo que ocurrió, y él lo sabía
muy bien, es que, si hubiese atacado la Plaza, las repercusiones
internacionales hubieran sido graves para él; los partidos de
izquierdas españoles, contrarios a esa guerra y todo el poder de
Occidente lo hubieran destruido políticamente; y hoy, por razones de
reparaciones de guerra, quizás hubiéramos tenido la frontera en el
Atalayón, en vez de Beni Enzar.
(Continuará)
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