02 mayo 2015

UN HOMOSEXUAL DONANTE DE SANGRE

UN HOMOSEXUAL DONANTE DE SANGRE
Leo en El Faro de Vigo, 29.04.2015, que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha dictaminado este miércoles 29.04.2915, que la prohibición de donar sangre a los hombres que han tenido relaciones sexuales con otros hombres, vigente en algunos estados miembros, como Francia, “puede resultar justificada”. Dice que la sentencia deja claro, que para introducir esta exclusión permanente “es preciso demostrar que estas personas están expuestas a un riesgo elevado de contraer enfermedades infecciosas graves, como el VIH, y que no existen técnicas eficaces de detección o métodos menos coercitivos para garantizar un alto nivel de protección de la salud de los receptores”.
El fallo responde a una cuestión de litigio en Estrasburgo, que plantea un ciudadano francés al que no se permitió donar sangre por haber tenido una relación sexual con otro hombre. El derecho galo excluye permanentemente de la donación de sangre a los hombres que han tenido estas relaciones.
Pese a ello, el Tribunal admite que la normativa francesa, “puede entrañar una discriminación por razón de la orientación sexual en contra de las personas homosexuales de sexo masculino”.
En todo caso, la sentencia alerta de que la prohibición a los homosexuales de donar sangre “podría no respetar el principio de proporcionalidad”, ya que “no cabe excluir la posibilidad de que el VIH pueda detectarse mediante técnicas eficaces que garanticen un alto nivel de protección de la salud de los receptores”. Por ello, pide al tribunal nacional que verifique si existen estas técnicas.
En los gobiernos (sociedades) intolerantes, como lo fue nuestra dictadura franquista-nacional-católica, con nula libertad de conciencia, la heterodoxia es castigada, y quienes la practican son ninguneados, silenciados, marginados, expulsados de la sociedad o, más o menos, exiliados. Sus opiniones son ignoradas, olvidadas o censuradas. En el ámbito religioso, como dogma, se denomina herejía. Por otra parte, en sociología, la heterodoxia es un factor enriquecedor, y renovador de la sociedad, poseyendo un valor constructivo, diferente al que carece una norma social, como es la anomia.
El estudio sobre la homofobia en muchos países, faltos de libertad, se pueden definir esos sentimientos que genera el acoso como: la humillación, la impotencia, la rabia, la tristeza, la incomprensión, la soledad, vulnerabilidad y el aislamiento.
En ella, muchos homosexuales, piden perdón por ser por su condición sexual, y comprensión a su familia para que le acepten como es, sin máscaras, sin mentiras… y en la que le dejen vivir siendo un incongruente que no escogió ser homosexual, pero que lo es, y punto.
En el verano de 2013, cuando se le preguntó por la existencia de curas homosexuales en la Iglesia, el Papa respondió con las siguientes palabras, que luego cobrarían gran resonancia: “Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?”.
Si bien este mensaje no constituye una enseñanza oficial, también la Santa Sede se ha opuesto públicamente a la aplicación injusta de sanciones penales a personas homosexuales. En 2008, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el representante del Vaticano declaró públicamente, que “..... El Vaticano, sigue defendiendo la idea de que se deben evitar todos los signos de discriminación injusta hacia personas homosexuales, e insta a los Estados a eliminar las sanciones penales contra estas personas. Los gobiernos deben eliminar las sanciones penales injustas”.
A pesar de estos ejemplos positivos, muchas comunidades y líderes católicos, con riesgo de retención fecal, estreñidos, han ignorado, o aparentemente contradicho la posición de la Iglesia respecto de las minorías sexuales y de género. En lugar de defender las enseñanzas de la Iglesia sobre ética sexual y, al mismo tiempo, condenar la violencia y promover el respeto por la dignidad humana, muchos han guardado un cobarde silencio ante terribles atrocidades cometidas contra minorías vulnerables. Son miles las personas encarceladas en el mundo por su orientación, o identidad sexual. En más de 70 países, donde solo por ser homosexual, son perseguidos y condenados.
Ante esto yo pondría un anuncio en el que se leyera: “Se busca Obispo, y gente pusilámine muy católica, que antes de orinar y cogérsela con un papel de fumar, para no parecer la práctica del onanismo, se presigne, y posea la mentalidad acorde con la civilización europea-occidental del siglo XXI. Interesados pueden enviar sus curriculums al Presidente de la República Francesa”. Pero como estamos cerquita, en casa, creo que también pudieran enviarlos a la Conferencia Episcopal, para que algún obispo reflexionara sobre el asunto, que buena falta le haría. El Cardenal Arzobispo Emérito de Madrid, Emmo. y Rvdmo. Sr. D. Antonio María Rouco Varela, jubilado, y lejos del mundanal ruido, lo haría desde su precioso ático, que dicen que ha costado una pasta.

Juan J. Aranda





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