UN HOMOSEXUAL DONANTE DE SANGRE
UN
HOMOSEXUAL DONANTE DE SANGRE
Leo
en El Faro de Vigo, 29.04.2015, que el
Tribunal
de Justicia de la Unión Europea
ha
dictaminado este miércoles 29.04.2915, que la prohibición de donar
sangre a los hombres que han tenido relaciones sexuales con otros
hombres, vigente en algunos estados miembros, como Francia, “puede
resultar justificada”.
Dice
que la sentencia deja claro, que para introducir esta exclusión
permanente “es preciso demostrar que estas personas están
expuestas a un riesgo elevado de
contraer
enfermedades infecciosas graves,
como el VIH, y que no existen técnicas eficaces de detección o
métodos menos coercitivos para garantizar un alto nivel de
protección de la salud de los receptores”.
El
fallo responde a una cuestión de litigio en Estrasburgo,
que plantea un ciudadano francés al que no
se permitió donar sangre por haber tenido una relación sexual con
otro hombre. El derecho galo excluye permanentemente de la donación
de sangre a los hombres que han tenido estas relaciones.
Pese
a ello, el Tribunal admite que la normativa francesa, “puede
entrañar una discriminación por
razón de la orientación sexual en contra de las personas
homosexuales de sexo masculino”.
En
todo caso, la sentencia alerta de que la prohibición a los
homosexuales de donar sangre “podría no respetar el principio de
proporcionalidad”, ya que “no cabe excluir la posibilidad de que
el VIH pueda detectarse mediante técnicas eficaces que garanticen un
alto nivel de protección de la salud de los receptores”. Por ello,
pide
al tribunal nacional que verifique si existen estas técnicas.
En
los gobiernos (sociedades) intolerantes, como lo fue nuestra
dictadura franquista-nacional-católica, con nula libertad
de conciencia,
la heterodoxia es castigada, y quienes la practican son ninguneados,
silenciados, marginados, expulsados de la sociedad o, más o menos,
exiliados. Sus opiniones son ignoradas, olvidadas o censuradas.
En el ámbito religioso, como dogma, se denomina herejía.
Por
otra parte, en sociología,
la heterodoxia es un factor enriquecedor, y renovador de la sociedad,
poseyendo un valor constructivo, diferente al que carece una norma
social, como es la anomia.
El
estudio sobre la homofobia en muchos países, faltos de libertad, se
pueden definir esos sentimientos que genera el acoso como: la
humillación, la impotencia, la rabia, la tristeza, la incomprensión,
la soledad, vulnerabilidad y el aislamiento.
En
ella, muchos homosexuales, piden
perdón por ser por su condición sexual, y comprensión a su familia
para
que le acepten como es, sin máscaras, sin mentiras… y en la que le
dejen vivir siendo un incongruente que no escogió ser homosexual,
pero que lo es, y punto.
En
el verano de 2013, cuando se le preguntó por la existencia de curas
homosexuales en la Iglesia, el Papa respondió con las siguientes
palabras, que luego cobrarían gran resonancia: “Si
una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién
soy yo para juzgarla?”.
Si
bien este mensaje no constituye una enseñanza oficial, también la
Santa Sede se ha opuesto públicamente a la aplicación injusta de
sanciones penales a personas homosexuales. En 2008, en la Asamblea
General de las Naciones Unidas, el representante del Vaticano declaró
públicamente, que “..... El Vaticano, sigue
defendiendo la idea de que se deben evitar todos los signos de
discriminación injusta hacia personas homosexuales, e insta a los
Estados a eliminar las sanciones penales contra estas personas. Los
gobiernos deben eliminar las sanciones penales injustas”.
A
pesar de estos ejemplos positivos, muchas comunidades y líderes
católicos, con riesgo
de retención fecal, estreñidos,
han ignorado, o aparentemente contradicho la posición de la Iglesia
respecto de las minorías sexuales y de género. En lugar de defender
las enseñanzas de la Iglesia sobre ética sexual y, al mismo tiempo,
condenar la violencia y promover el respeto por la dignidad humana,
muchos han guardado un cobarde silencio ante terribles atrocidades
cometidas contra minorías vulnerables. Son
miles las personas encarceladas en el mundo por su orientación, o
identidad sexual. En
más de 70 países, donde solo por ser homosexual, son perseguidos y
condenados.
Ante
esto yo pondría un anuncio en el que se leyera: “Se busca Obispo,
y gente pusilámine muy católica, que antes de orinar y cogérsela
con un papel de fumar, para no parecer la práctica del onanismo, se
presigne, y posea la mentalidad acorde con la civilización
europea-occidental del siglo XXI. Interesados pueden enviar sus
curriculums al Presidente de la República Francesa”. Pero como
estamos cerquita, en casa, creo que también pudieran enviarlos a la
Conferencia Episcopal, para que algún obispo reflexionara sobre el
asunto, que buena falta le haría. El Cardenal Arzobispo Emérito de
Madrid, Emmo. y Rvdmo. Sr. D. Antonio María Rouco Varela, jubilado,
y lejos del mundanal ruido, lo haría desde su precioso ático, que
dicen que ha costado una pasta.
Juan
J. Aranda
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