UNA VIRTUAL CONFERENCIA
Imagínense que José
Luís Blasco y un servidor, vamos a dar una conferencia magistral,
bien
estructurada y basada, como todo lo que solemos hacer ambos, sobre
una investigación profunda; con los tiempos y participantes
ilimitados sin vetar, ni ningunear, a nadie. Sería sencilla,
generando emociones en el publico, creando dudas, arrancar alguna que
otra sonrisa, hacerles pensar, pero todo ello procurando que sea de
alta calidad, ya que habría invitados de distintas universidades
nacionales y extranjeras. El Salón Dorado sería el lugar más
idóneo, pero el Kursaal, por su amplitud, es el que hemos elegido;
además es porque la gente se encontraría más cómoda, y no tan
circunspecta como en ese lujoso salón, con sillas de visitas
protocolaria, que no te puedes retrepar como en las del Kursaal, ni
tampoco cambiar de posición la bolsa escrotal, tan molesta a veces.
Deben saber que
previamente la íbamos a celebrar en la Asociación de Estudios
Melillenses (AEM), pero como ya saben, el local quedaba muy pequeño.
Desde estas líneas le agradecemos al señor Benito Gallardo, su
Presidente, el ofrecimiento, pero conste que él ocupará un lugar de
honor junto a Isabel Migallón y Eduardo Sar, otrora ninguneados por
un historiador de ojana; que también ellos serán invitados, por su
sapiencia indiscutible en los temas históricos, y de cementerios.
Supongan
ustedes que estamos sentados en primera línea de fuego, frente a
todas las autoridades de la Ciudad y de un nutrido público culto,
hablando de los temas que tanta
pasión levanta en todos los melillenses de buena fe,
como es la Historia de Melilla: Cuanto honor, ¡por Dios!.
Sobre la clá entre el
público de la “cazuela” y el anfiteatro, lo hemos desechado
porque no nos hace falta, ya que la materia, aunque data desde la
Conquista, siempre es de rabiosa actualidad; y también, porque
nuestros sueldos de Ayudante de Gestión, y de Cartero Urbano
“jubileta”, no dan para pagar a “aplaudidores”, como hacían
antiguamente con las falsas lloronas, plañideras, en los entierros,
que ahora lo hacen gratis, con el absurdo peloteo mediante el
“Féibu”, como al torero Marcial Lalanda: “Fulanito eres el más
grande”; cuando realmente es un mediocre.
Como ya digo
anteriormente, tampoco vetaríamos a nadie que quisiera participar en
la multi-conferencia, no como ese que quiso ningunear a personas muy
puestas en el tema de cementerios, que saben más que él: “Como de
aquí a Lima”. Yo creo que a ese “ninguneador-vetador”, para
que no se sienta molesto, ni desplazado, le permitiríamos, que
también participara en el evento, pero eso sí: Vestido de “Guerrero
del Antifaz”, con la celada-morrión, forrada de terciopelo negro,
como las del armamento de herreruelos,
para que no le moleste en su chorla. Con
hacha, pica, ballesta, y su correspondiente espadón arrastrándolo
por el suelo, -no como el de Loja-, y con el gran honor de servirnos
el agua en los distintos vasos de los ponentes; claro que deberá
llevar un gran botijo de barro cocido, con el agua del Bombillo, que
la hace fresquita; y a la menor señal de observar un vaso medio
vacío él: ¡Zás!, chorreón del líquido elemento, que te crió,
para que las gargantas de los parlantes no sufran de sequedad. Lo
digo porque si te tiras dos horas dándole a la “singüeso”, sin
un mísero buchito de agua, se te queda la lengua como una lija de
carpintero del 9,5.
Al principio, José Luís
y yo, íbamos a dar la conferencia, como lo hicieron Lorca y Neruda
en el Pen Club, del Hotel Plaza de Buenos Aires: Al Alimón. Es como
cuando dos toreros, unidos por la sangre, -hermanos-, torean un mismo
toro, con un solo capote. Pero acordamos: Como la participación iba
a ser multitudinaria, con los ruegos y las preguntas, esa actuación
iba a ser muy complicada. En fin, que José Luís la daría sobre lo
divino y lo humano, con el tema que no hay nadie que le iguale, sobre
iglesias, santos, vírgenes y beatas. La Cronología religiosa desde
la Conquista, que este periódico la ha publicado en 106 entregas, ya
está corregida y aumentada. Las distintas aportaciones y artículos
publicados en revistas de Arte e Historia. Para eso posee una amplia
biblioteca, que yo tengo la suerte de compartir. Pero ante todo sobre
las imágenes del escultor Pedro de Mena, que el muy tunante,
sibilinamente, introdujo un gazapo en un texto, texto que todo el que
practicó el “copia y pega”, atribuyéndose la autoria, sin
averiguar la autenticidad, y sin citar la procedencia, metió la pata
hasta la rabadilla del culamen.
Yo, como aprendiz de
poeta, sin llegar a ser chirle, con 20 años de colaborador en este
diario, y con un modesto libro: “Breve Cronología de Melilla”
-año 2002-, y la publicación de “100 Cartas desde la Purísima”,
mi romanticismo siempre lo he tenido por la ciudad donde vine a la
vida. Como digo, la daría sobre nuestros Héroes y Mártires.
Facilitando nombres y lugares donde cayeron en pos de la Gloria. Pero
sobre todo por las modestas cantineras, que fueron heroínas, que
sirvieron de enfermeras, como la de Juana Martínez, cantinera de
Batel -no de Monte Arruit-, que alentó, y cuidó, hasta su muerte,
el 6.07.1921, al Tte. Coronel Fernando Primo de Rivera.
Como es norma,
solicitaremos de Isabel y Fernando -¡anda!, como los Reyes
Católicos-, que graben la conferencia en su totalidad, para que sea
difundida entre las distintas universidades nacionales e
internacionales: O sea, del mundo mundial.
Sobre nuestros
curriculums, creo que no hace falta que figuren aquí, porque
doctorados y licenciados ambos estamos, por la más prestigiosa
universidad que existe en el mundo, como es: La de las Ágoras
Públicas.
¡Ah!, y también
repartiremos la famosa “Joyita”: “Que las cifras hablen”,
resumen de la actuación del Rgto. de Caballería, Alcántara nº 14
en 1921, publicado en 1923, que José Luís, cuando fue Presidente de
la AEM, ya repartió hace años entre los integrantes. Y a las
señoras, cómo no, se les entregaría un precioso pañuelito
“secalágrimas”, -de mocos, no-, con el escudo de Melilla
primorosamente bordado.
¿Qué les parece, ¡eh!?.
A que sería estupendo, si llegase a ocurrir. Bueno, pues ahí queda
eso.
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