YO
HABLO CASTELLANO (Publicado 23.12.2018)
Como
sabrán Londres, en
castellano, se escribe
Londres y no London, y París, con tilde,
a pesar
de que London y Paris, son sus verdaderos
nombres. Y así en muchas
ciudades y pueblos
de
las distintas
comunidades bilingües. Pienso que las razones políticas son unas, y
otras son el buen uso del español,
porque
por regla general,
al escribir
en castellano
los
topónimos catalanes, gallegos y vascos que tengan forma
tradicional española, deben
escribirse según la grafía que corresponda a esta lengua: Cataluña
y no Catalunya;
País Vasco y no Euskal
Herria;
Vizcaya y no Bizkaia,
etc,.
En
las distintas comunidades autónomas bilingües;
como
en
Galicia, el gallego,
art.
10.1 de Ley
3/1983;
en
el
País Vasco, el
euskera o eusquera art. 10.1
Ley
10/1982;
en
Cataluña, el
catalán y el
aranés, art. 14,1
Ley
3/1986,
como en
las Islas
Baleares, que se habla
catalán, y en
la Comunidad Valenciana, el valenciano.
Dicho
esto,
creo
que cada cual hable como le de la gana, ya
que el origen de un idioma, es la de entenderse con quien
tienes frente a ti y si éste, o
tú,
no lo
habla,
pues
no
hay comunicación.
Hace
décadas, mucha
gente,
al
solicitar documentación en los registros civiles, de
repente vieron cómo algunos
funcionarios de esos
registros,
jactanciosos
(sabelotodos),
“tradujeron”
los nombres y apellidos al castellano, haciendo
unas traducciones chapuceras.
Antonio
Gala cuenta que un familiar sugirió que se le impusiera el nombre de
Martín. Imagínese que se llamase: Martín
Gala.
Por
otra parte, mis
respetos a
los que hablan gallego, catalán y
euskera,
pero
que yo diga La Coruña, Lérida, París o Londres no tiene nada que
ver. Simplemente, empleo mi lenguaje, que es el español o
castellano. Por
eso a mí
no me parece una falta
de respeto que en Inglaterra hablen de “Spain”, ni que en Francia
digan “Espagne”, ni que en Galicia o Cataluña pronuncien
ciudades
y pueblos del país en sus lenguas,
sin
importarme
lo más mínimo. Entonces: ¿por qué molesta tanto
que
se diga: Rías Bajas, Lérida
o Gerona?. ¿Es que sólo los castellano-hablantes somos
los que faltamos
al respeto?. Si
los
catalanes pueden decir “Terol”
por
Teruel,
con
su pan se lo coman; pero lo
que
no se puede aguantar
es la imposición en la televisión pública,
hablada
en castellano, la
supina gilipollez
e ignorancia, que
les
impide ver que el castellano no es un idioma solo de España, sino de
muchos
más millones en el mundo mundial. La
prueba la tenemos en los países hermanos de América, donde en
algunos aún conservan nuestra verbalización de
siglos anteriores.
Así,
en castellano se suele utilizar, y hasta pronunciar, el nombre en
catalán; como, por ejemplo: Girona, Lleida y Catalunya; pero en
catalán no se suele respetar los
nombres
en castellano, usando
el
catalán, por ejemplo: Osca por
Huesca,
Castella por
Castilla,
La Manxa por
La
Mancha,
Saragossa por
Zaragoza
y Espanya por
España.
Pero lo más sangrante, es lo que algunos periodistas y comunicadores, de radio y tv, que se dirijen a la audiencia en castellano introduciendo palabras en catalán. Claro que si se hace de vez en cuando para atraer alguna que otra simpatía, y ganarse a la audiencia, estaría hasta agradable, pero es que a veces rayan con el ridículo con frases como: “Tenemos en directo al president del guvern de la Yeneralitat de Cataluña. Bona tarda, president, …”.
Pero lo más sangrante, es lo que algunos periodistas y comunicadores, de radio y tv, que se dirijen a la audiencia en castellano introduciendo palabras en catalán. Claro que si se hace de vez en cuando para atraer alguna que otra simpatía, y ganarse a la audiencia, estaría hasta agradable, pero es que a veces rayan con el ridículo con frases como: “Tenemos en directo al president del guvern de la Yeneralitat de Cataluña. Bona tarda, president, …”.
Todo
este problema se ha generado con la imposición
de algunas
Comunidades Autónomas,
empeñadas en que solo se hable en su lengua oficial, cuando el
castellano, según
nuestra Constitución, es la
primera
lengua
cooficial
en todas ellas.
Ante
eso, al
parecer, hoy
día hay que ir pertrechados de un diccionario de topónimos para
saber en qué población nos encontramos, cuando sería muy fácil
poner los carteles en bilingüe. Pero ellos la
han
manipulado desde hace años, utilizándola
para sus fines políticos, pese a quien les
pese.
Según
esa regla, a
mi me encantaría, que en Andalucía utilizáramos,
por ley, el idioma/acento
“andalú”, que
sí que existe, y
se habla, o
el extremeño, o el
murciano, o el
castellano manchego, etc.. Por
eso es
una
solemne gilipollez,
que hablando todos los españoles el castellano/español se tengan
que subtitular en los telediarios, también
en TVE,
para
darles cera a
los
discursos o peroratas,
que nos largan algunos
politicastros de medio pelo, sobreponiendo
los intereses partidistas al interés general,
para
que así
nadie
proteste
ni se
les rebele.
Así
que por favor: cuidemos y defendamos el castellano/español, una
lengua riquísima en todo: vocabulario, gramática, adverbios, verbos
y sustantivos, semántica, que sin remisión, se está dejando perder
por el sumidero de la ignorancia de algunos políticos “analfabetos”.
Como
anécdota histórica cuentan
que Carlos I, (su
escudo lo
podemos
admirar en el frontispicio de la Puerta de Santiago), en
una reunión que tuvo con el Papa, cuando éste le hablaba en latín,
y él contestaba en castellano, alguien
del protocolo,
le advirtió que a Su Santidad había que dirigirse en latín;
entonces
nuestro Emperador, que
hablaba alemán, inglés, italiano,
francés,
incluso latín, a
la perfección, le
contestó: “No
importa que no me entendáis. Que yo estoy hablando en mi lengua
española, que es tan bella y noble que debería ser conocida por
toda la cristiandad”. También
decía, que hablaba
español con Dios, italiano con
las mujeres, francés con los hombres y alemán con su
caballo.
Más
claro: el agua del Bombillo.
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