08 agosto 2006

Reconciliación y memoria histórica

RECONCILIACIÓN Y MEMORIA HISTÓRICA

En España cuando la derecha llega a la oposición y la izquierda forma gobierno, el cuerpo se les descompone y tratan al nuevo gobierno de bufones, crueles y algún que otro adjetivo más. Por eso la derecha española necesita de varias legislaturas donde gobierne la izquierda para ser educada en el respeto a la democracia. Ahora se escribe mucho sobre la reconciliación de lo que ocurrió hace setenta años donde todo quisque opina, y cada uno a su manera dice lo que cree lo mejor para España. Yo pienso que el espíritu de reconciliación correspondió a las víctimas, o sea, a los partidos democráticos que padecieron la represión salvaje, incluso renunciando a sus privilegios más queridos que hicieron posible la libertad que hoy disfrutamos. Una herida cicatriza bien cuando se limpia bien, y si dejan pus dentro hay que volver a abrirla para desinfectarla sin anestesia, para que todo el mundo sepa lo que ocurrió, y así pasar esa página tan negra de nuestra Historia, pero sin olvidarla jamás. En el discurso del PP sobre la “Recuperación de la Memoria Histórica”, pegan un gran salto de la Guerra Civil a la Transición. La posguerra, el hambre, la miseria, las cartillas de racionamiento, los presos políticos de izquierda represaliados y Franco entrando bajo palio en las catedrales gobernando España a toque de cornetín de orden como en un cuartel; estos señores de la derecha, que no derechona, se lo cepillan dejándolos fuera; como no condenar al régimen franquista en el Parlamento Europeo. Muchos símbolos del anterior régimen, como tantas cruces de “Caídos por Dios y por España” que existen en muchas ciudades y pueblos, y en fachadas de iglesias, después de treinta años que hace que murió Franco, aún siguen en pié; o sea que espíritu de derribo no creo que estas izquierdas tengan mucho. Hay quien dijo que del franquismo a la democracia pasamos de súbditos (sujetos a la autoridad de un superior con obligación de obedecerle) a ciudadanos (habitantes de un estado moderno sujetos a derechos políticos y que intervienen ejercitándolos en el gobierno del país). Hasta que no pasen al menos ocho generaciones, desde que a Franco de le olvidó de respirar, seguiremos leyendo y escuchando algo como: “Cuando en 1931 llegó su República”, como si hubiese sido la de una parte de españoles, siendo la que votó la mayoría de los ciudadanos. Hablar ahora de “contubernio con el comunismo marxista leninista internacional”, suena como a abuelo cebolleta, casposo y retrógrado. Hoy algunos son tan astutos que lo de “judeo-masónico” tan cacareado por Franco ya no lo incluyen en su retórica, y se lo callan, por si acaso sus paisanos y amigos judíos y algún masón, que no sabe que lo es, se enfadasen, y con razón. En una democracia si es mayoría absoluta es una verdadera dictadura como la que tuvimos con el señor del “Trío de las Azores”, que nos metió en una guerra, sin importarle un carajo los cientos de miles de ciudadanos que “ladraban su rencor por las esquinas” y le decían: “no a la guerra”, y que apenas llegó Zapatero a la Moncloa los trajo de vuelta. Ayuntamiento “izquierdoso”, irónicamente quiere decir: Ayuntamiento gobernado por la izquierda, como lo era cuando Gonzalo Hernández fue el primer edíl. Como curiosidad me agradaría saber qué parte de la obra de arte de la Plaza de España “destruyó por rencor político” esa corporación. Si estas izquierdas llevaran “el gen del derribo en sus cromosomas, además del odio y la venganza”, volveríamos a repetir lo que un señor con bigotón de sereno de zarzuela intentó en febrero de 1981. Cuando se escribe en una “columna abierta” es como si abriésemos la ventana de nuestra casa y todo el mundo observara lo que tenemos en el interior, por eso antes de escribir palabras que a alguien pueda dañar se debe puntualizar y en vez de llamar “embusteros a nuestras izquierdas melillenses”, deben dirigirlo a los responsables políticos de esas izquierdas que existen en Melilla.

Juan J. Aranda
Málaga agosto 2006

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