19 julio 2006

A José Luis Blasco

A JOSE LUIS BLASCO
Ustedes pensarán que desde esta orilla peninsular no dejo de rendir homenajes a personas que bajo mi punto de vista, y también la de muchos de ustedes, son merecidas de que la Ciudad, aunque sea por una vez, se acuerde de ellas. ¿No creen que estamos hartos de que muchos políticos, todo sonrientes, salgan cada día en los papeles y se impongan medallas por hechos que están obligados a realizarlos, ya que cobran buenos sueldos por ello, y sean incapaces de colgarse alguna que otra corona de flores chuchurrías por sus fracasos?, como el otorgar un premio a alguien lleno de vanidad y soberbia que cree que se lo merece todo, cuando solo es acreedor del desdén de los que sufrieron sus desplantes inmerecidos. Quizás este señor quiso emular a Miguel de Unamuno que al recibir una condecoración de Alfonso XIII, le dijo: “Gracias Majestad, me la merezco”. El Rey con asombro le dijo: “Caramba, es el primero de sus predecesores que me dice esto, todos ellos me dijeron que no la merecían”. Y el gran escritor le contestó: “Y llevaban razón”. José Luis Blasco, Juan Garbín, Eladio Algarra, Joaquín González (Quino), todos ellos y algunos que quedan en el tintero son merecidos de que Melilla, sus gobernantes políticos, le brinden un homenaje con los respetos que se merecen, porque ni son egocéntricos y su vanidad brilla por su ausencia. Sobre José Luís Blasco (hoy le toca a él) deben saber que desempeñó el cargo de Presidente de la Asociación de Estudios Melillenses durante muchos años. Esta actividad, que no era la suya habitual, la dedicaba en sus horas libres de asueto, y todo por amor a nuestra ciudad. Como se que es “experto en santos, vírgenes y beatas”, hace unos meses, por darme el gusto de saber, le solicité información de algunos datos de las Cofradías de Melilla. Yo solo esperaba algunas notas con fechas y nombres, pero mira por donde que recibo en mi casa seis artículos publicados en 1993 con sendas historias detalladas de las Cofradías que existen en la Ciudad, como “El Nazareno” (siglo XVII), que desde el 29 de abril de 1988 tiene el título de “Real”; llamada Cristo del Socorro, y por los melillenses “El Señor de las Lágrimas”, por haber llorado su imagen anunciando los sucesos de 1921, cuando el Desastre de Annual. El Retablo de San Francisco de la Iglesia de El Pueblo. La del Flagelado, fundada el 3 de abril de 1942. La del Cautivo, fundada el 14 de marzo de 1949. La Soledad, fundada el 22 de enero de 1951, y la del Humillado en 1989. Sobre estos seis artículos José Luís Blasco hizo de buceador de nuestra Historia, y la de las Islas y Peñones, dando a los lectores la oportunidad de empaparse de todo lo concerniente de las cofradías que procesionan cada año por nuestras calles. Él aparte de ser experto en temas de iglesias, como enciclopedia viviente lo es también en la Historia de Melilla. Por ser persona humilde y de gran corazón, se que esto que están leyendo le va a costar que los colores del bochorno le suban a la cara, cosa que debía ocurrirle a los que por su desgana y apatía no reconocen su valía como hombre experto en nuestra Historia. José Luís es un “héroe enciclopédico en temas melillenses”, hombre altruista, callado y prudente, pero con la orgullosa humildad que no necesita presumir de sus grandes logros cuando era Presidente de la AEM para respetarse a si mismo, y no como algunos petulantes que se creen que hay que tocarle la “Marcha de Infantes” cada vez que se les ve de lejos. Decía don Antonio Machado: “Moneda que está en la mano/ quizás se deba guardar; /pero la que está en el alma/ se pierde si no se da”. El alma de José Luís es grande, no guardándose nada en ella ya que lo da todo por los demás. Así que yo, desde ésta otra orilla y asomado al balcón de éste periódico le brindo mi más cálido y humilde homenaje.
Reciban un cordial saludo.
Juan J. Aranda
Málaga julio de 2006

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