08 agosto 2006

Una de chupa de dómine

UNA DE CHUPA DE DÓMINE
Como sabrán un “Dómine” era un profesor de latín, y al parecer algunos de ellos eran falsos sacerdotes que abandonaban su aseo personal hasta el punto de que su suciedad era motivo de mofa y crítica. La chupa, del árabe jubba, y de la que salieron juba o jubón y que significan sotana o túnica, era lo que vestían estos hombres, que Quevedo en “El Buscón”, capítulo III, lo describe así: “Traía un bonete los días de sol, ratonado con mil gateras y guarniciones de grasa, (…). La sotana, según algunos, era milagrosa, porque no se sabía de qué color era, (…). Unos viéndola tan sin pelo, creíanle cuero de rana. Desde cerca parecía negra, y desde lejos entre azul”.
Cuando una persona pone a otra “Como chupa de Dómine”, es que ha hablado mal de ella o la ha criticado con saña, como por ejemplo llamando “ignorante” al que fuera Delegado del Gobierno, como ha hecho un representante de CpM . Pero si en su crítica trae a colación frases de otras personas y no le coloca comillas, y a continuación de su cosecha dice: “(…), musulmanes y no musulmanes han convivido en esta tierra, de una manera u otra, de forma finalmente pacífica”. Ésta es una frase que si se lee subliminalmente, o entre líneas, quiere decir que en Melilla los musulmanes han sido siempre mayoría, propinándole una patada a la Historia de nuestra ciudad en toda su línea de flotación. Pienso que una persona más dialogante hubiera dicho tal que así: “Melilla, crisol de culturas, donde conviven cristianos, musulmanes, hebreos, hindúes y gitanos,…”. Así hubiese estado bien, y aún mejor si citamos las fechas de cuando se empezó a formar ese crisol; porque muchas personas desean saber la Historia de la ciudad en la que habitan, y eso solamente se aprende leyendo y consultando libros y no despotricando al contrario político. Por ejemplo: el 1 de agosto de 1903 España dispone un campamento cerca de la Playa de San Lorenzo para los refugiados leales al Sultán y huidos de las razias que El Pretendiente, El Rogui, (El hombre de la Burra), estaba haciendo cerca de la Plaza; y de diciembre de 1904 a enero de 1905, procedentes de Taza llegaron a Melilla varias familias hebreas, huidas también de las luchas que llevaban a cabo entre éste pretendiente y los partidarios del Sultán. Sobre los hindúes algunos historiadores opinan que llegaron una minoría a la ciudad después de la II Guerra Mundial, y si hay alguien que opine lo contrario que lo diga por este medio y así aprenderemos todos. Y finalmente tenemos a los gitanos que eran y son tan españoles y tan cristianos como cualquier soldadito que cumplía, y cumplen, su servicio militar en la Ciudad. Esta pincelada histórica desearía que sirviera de modesta ilustración para muchos políticos que se creen superiores a los demás mortales, y piensen que si el poder, que por suerte para Melilla aún no poseen, es el afrodisíaco más fuerte, puede convertirse en un poderoso explosivo al que hay que manejar con sumo cuidado porque de lo contrario le explotaría en las mismísimas napias.

Juan J. Aranda
Málaga agosto 2006

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