CONJUGACIÓN DE LOS VERBOS: MANIPULAR, UTILIZAR Y RECORDAR
En la Axarquía de
Málaga, como saben, se produce el fruto seco más sabroso, que quita
las “tapaeras del sentío”, como son las uvas pasas. Hay un dicho
muy jocoso, y muy del terruño que dice: “Para la memoria hay que
comer rabillos de pasa”. Y sobre ello voy a referirme a
continuación. Resulta que mi buen amigo, como es José Luís Blasco
López, me comentaba en nuestro particular “Parnaso Literario”,
que una señora, hace varios meses, le puso en guardia sobre mi
persona: “...¡No seas tonto, que Aranda te está utilizando..., te
está manipulando..., no te fies de él!”. Imagino que lo
completaría con otras lindezas más. Al ratillo me compre 100 gramos
de uvas pasas a granel y en racimo, de El Trapiche y Benamargosa, y
por lo de la memoria, me las zampé con sus correspondientes
“rabillos”. Entonces tras la ingesta, la remembranza de una luz
muy clarita, surgió de ellos en mi cacúmen, y comencé a recordar
algunas mañanas, de cuando al rayar el alba, en horas intespestivas,
inoportunas e improcedentes, en las que un señor me rogaba, por
favor, que escribiera, de vez en cuando en mis artículos alguna loa,
o alabanza, sobre un libro de los Héroes que escribieron ambos: la
señora y el señor en cuestión. Debo decir que la hemeroteca es
testigo de ello, que en 30 articulos, durante cuatro años, me referí
a ese libro, cosa que yo hacía muy gustosamente, tomando datos del
mismo, con nombres y lugares donde cayeron heroicamente esos Héroes.
Claro que también debo decir, que una gran mayoría los tomaba de
los archivos privados que José L. Blasco me proporcionaba, por medio
de “Team Viewer”, de su ordenador, bautizado con el nombre de
“Mariscal Sherlok”, al “General Romerales”, que es el mío.
Las personas que estamos
en la “pomada” cultural de la Historia de nuestra ciudad sabemos,
que aunque no tenga ningún “papel de barba” colgado en la pared,
José L. Blasco, con sus cuarenta años de estudios “por libre”,
es un prestigioso (sic) historiógrafo e ilustre historiador; o sea,
que ni es tonto, ni bobo, ni nada que lo parezca; y tampoco creo que
un hombre con su basta cultura se deje utilizar, ni manipular por
nadie, aunque me consta que él es un dador, que ha proporcionado
infinidad de datos inéditos de sus archivos a personas, que luego
han publicado trabajos, y como “agradecimiento”, ni lo han citado
en la bibliografía del mismo.
Yo tuve un compañero,
Cartero Urbano como yo, que decía que los corralones de Málaga eran
“Avisperos de la Pobreza”. El comentario, como el que hizo esa
señora a José Luís, sobre mi persona, me vino a la memoria, lo que
leí hace años sobre el “Corralón de la Tiña”, patio de
vecinos que hubo en Málaga en el siglo
XVIII,
que mucha gente se refiere a él como: “Lavaero”, con retretes
comunales, en el que los vecinos
se “despellejaban vivos”, con sus críticas.
No tenía ni punto de comparación con
“Las
Bodas de Fígaro”, de Mozart, en la que ocho voces cantando a la
vez, y con distintos tonos, solo se percibe una suave nota, que no sé
si es un fa, o un la, sobrevolando por el escenario.
Para el que no me
conozca, yo suelo vivir con mi rutina, por el amor a mi familia, por
mis amigos y por los libros y la lectura; soy pacífico, me agrada la
vida ordinaria que se desliza tranquilamente por la suave pendiente
de los fáciles, y difíciles, deberes cumplidos que según mi “hoja
de ruta” están bien realizados.
Soy de los que tienen el
corazón nacido al dulce nombre de la Patria Generosa, y hago que mis
alegrías y mis penas se reflejen en mi tierra, que es la ciudad
donde vine a la vida, e intentando mostrar toda la generosidad y
sensibilidad que mi alma posee. Solamente es eso, señora, y nada
más. Y como decía Groucho Marx: “Estos
son mis principios, y si no le gustan tengo otros”, que guardo para
otras ocasiones, que a lo mejor no le agrade leer, ni tampoco
escuchar.
Reciba
un cordial saludo.
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