ESCUCHANDO ZARZUELAS Y
MARCHAS MILITARES EN BENI ENZAR (29.07.2017)
Hace algunos años, a
raíz de los problemas que existían en la otra parte de la frontera,
donde se podían ver algunas fotos con los rostros de nuestros
policías, femeninos y masculinos, permitido por las autoridades de
nuestros vecinos, escribí yo un artículo “solicitando” que
nuestras autoridades colocasen unos grandes altavoces de gran
potencia que se pudieran escuchar, desde la “diana floreada” a
las 6 de la mañana, seguido de “llamada de banda” y aquéllo que
me alegraba tanto cuando marcaba el “kaki”: “Soldadito de
España, no tengas pena, que tocando fajina barriga llena”. Al
ratillo unos pasacalles de zarzuelas, como los de “La Calesera”,
“La Gran Vía” o “La Bruja”. A la hora del rancho, otra vez
fajina, y mientras se manducaba, que se escuchase alto y claro, “El
Sitio de Zaragoza”, que es cojonudo, y así la comida pasaría bien
hacia el estómago. Después de comer a reposar, pero escuchando “La
Salve Marinera”, o “La Muerte no es el final”. Acto seguido que
Alfredo Kraus en “Doña Francisquita” salga a plena voz: “Por
el humo se sabe donde está el fuego; del humo del cariño, nacen los
celos”.
Por la tarde, endiñarles estopa con marchas militares: “Himno de
Infantería”, “Soldadito Español”, “Ganando Barlovento”, y
las que le salga de los cojones al encargado de poner la música. A
la hora de la cena, otra fajina, y a continuación: “¡Coronel,
parte, Coronel parte!, que es el toque de “retreta”. Pero al
acostarse, nada del toque de “silencio” ¡eh!, sino unas jotas,
sevillanas, muñeiras, y verdiales malagueños, muy parecidos a la
que se escuchaba en los cafetines del Rastro en los años 50, por su
pesadez; y toda la música de las distintas regiones de España, que
tan rica es.
Esto
lo digo por si algún empleado de bares, tabernas y restaurantes,
comentase que al policía que le lanzó el bolardo, o la valla, al
que amenazaba a varios de sus compañeros con un cuchillo de grandes
dimensiones, le debieran abrir un expediente. Esta vez propongo a
nuestras autoridades, en caso de ser un extranjero con permiso de
residencia, que le revisen a él su expediente y su documentación; y
si no la tuviese en regla: ¡que pique billete!, y al carajo. Y si la
tiene en regla antes que publiquen un “Decreto Ley”, llamado
“Medalla del Bolardo”, de varios colores, siendo esta del color
de la pureza, o sea, blanco, y se la coloquen en el pecho, para así,
mientras despacha a los parroquianos sus cañitas y sus tintos de
verano, que éstos sepan el motivo de llevar esa “condecoración”
en el pechamen.
Y
a nuestro policía, al que yo considero un Héroe, igual que los que
descansan en La Purísima, que dieron sus vidas por nuestra ciudad,
le impondría una alta condecoración, por los cojones que tuvo al
desarmar al “mascabrevas”, lanzándole esa valla, en toda la
testa, para así salvar de una desgracia que hoy en España,
podríamos lamentar.
Sirvan
estas líneas para enviarles un fuerte abrazo y felicitar, tanto a
él, como a los compañeros heridos, del que espero una pronta
recuperación, y decirle que en estos momentos cada español de buena
fe, nos sentimos policías de servicio en Beni Enzar.
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