24 abril 2006

Playas, baños y moragas

PLAYAS, BAÑOS Y MORAGAS
Aquí en las playas del litoral malagueño, desde hace varios años, solo se permite el baño y tomar el sol.  Si los vigilantes que van vestidos de blanco ven a alguien jugar a las “pelotitas”, tipo ping-pong, que tanto coñazo dan a los que leen el periódico o una novela, rápidamente les llaman al orden y se acabó el peloteo.  Las moragas hay que solicitarlas, señalando día, hora y lugar, por escrito en los ayuntamientos.  ¡Ah!, a los amigos de los perros también se les prohíbe acceder con los animales a la playa. Éstos animales, cuando jiñan, no saben nada de pudor. Además para qué se va a la playa, si no es para relajarse y que el sol te dé en la piel, para disgustos de los dermatólogos.  Porque eso de las cremas numeradas y de colores es un rollo; como una buena sombra acompañado de una cerveza fría o un refresco no hay nada.  Otra cosa son los baños en las rocas, buceando y cogiendo mejillones y almejones; como lanzarse desde el colmillo de la “Boca del León”, o del “Agarraero”.  Qué tiempos tan gloriosos aquéllos.  Entonces se podía ir a la playa de San Lorenzo, junto al tubo del agua caliente, o a la de Los Cárabos, hacer una mesa amontonando la arena y tapiñarte la tortilla que tu madre te había preparado hacía un rato.  Recuerdo que entonces muchos militares sin graduación y algún fronterizo alquilaban bañadores por unas pocas pesetas, y que días más tarde podían sentir esos clásicos picores de las crueles ladillas. Los soldados con el susto de la Vigilancia Militar, que más tarde sería la PM, se sentían acojonados. En las rocas de Trápana, “Piedra Ahogá” o las de La Alcazaba, se podían hacer unos “festivales” de mejillones y almejones recién cogidos; con el olor tan característico que tienen nuestras costas era un placer saborear esos mariscos a pleno sol.  Todo esto eran otros tiempos, lo que es ahora te jode mucho que alguien esté asando chorizos o sardinas a dos metros de donde tú estás tan a gusto.  La playa como es de los usuarios la debemos cuidar todos, y mantenerla limpia que es como tú deseas que te la dejen para cuando vayas a refrescarte y a tomar el sol.  Leo en “Los Melillenses nos dicen” que una señora estuvo un sábado haciendo una moraga en la playa y se dió cuenta de que ésta no estaba en óptimas condiciones.  Yo le pregunto: ¿para el baño o para hacer la moraga?.  Porque si es para el baño deben ser las autoridades quienes tengan tanto la arena como el agua en buenas condiciones; pero si es para la moraga, yo le recomiendo que la haga en su casa y deje la playa para lo que está, o sea, para bañarse, y la comida que la haga en un chiringuito o en su casa y si se lleva un bocata  al terminar que utilice las papeleras que también las autoridades habrán colocado en toda la línea de baño.  Y si el agua de los retretes la cortan a una hora que no es la correcta, pues habrá que reclamarle al señor Imbroda para que ordene al personal responsable de cerrar y abrir los grifos que tengan en cuenta las necesidades escatológicas perentorias de cualquiera; pero a los “moraguistas” que dan el coñazo al sufrido personal, que solamente utiliza la playa para el baño y tomar el sol, solamente les recomiendo un buen bocadillo y leerse y respete los carteles que las autoridades, que para eso cobran, colocan cada año en las zonas de baño.  Y si alguien al leer esto le saltan un poco de “sarpullidos intolerantes”, les recomiendo una buena pomada de democracia y buenas costumbres, que sienta la mar de bien en toda la piel.
                                   Juan J. Aranda
                                   Málaga abril 2006

Contador de visitas