13 septiembre 2006

Memoria histórica con invitación a la lectura

MEMORIA HISTÓRICA CON INVITACIÓN A LA LECTURA, PERO SIN ACEDERA
Hace pocos días leía en este diario que Melilla es la tercera autonomía con más librerías por habitante, con ocho establecimientos dedicados a la venta principal de libros. Si en el conjunto del Estado hay 97 establecimientos por millón de habitantes, en nuestra ciudad la media es de 122 por millón, que no está nada mal. Estas cifras de verdad que me llenaron de sana alegría, porque a la vista está que si se venden libros la gente lee. Un domingo leo en Ventana Pública lo que escribe un señor joven (su DNI es muy alto) sobre su “Memoria histórica con dos dedos de frente”. Otro que debe tener sus canitas también echa de vez en cuando sus palitos al fuego desinformando al personal. Entonces eché cuentas y de verdad que no me salían. Me preguntaba si aquí la gente compra más libros que en el resto de España, es que en las librerías se han agotado los que escriben historiadores, periodistas, hispanistas, todos de reconocida solvencia, gente de todas las tendencias políticas, y también pensando que estos señores no se han leído ninguno de ellos, como por ejemplo: “Preludio a la Guerra Civil” y “Lucha por el poder”, de Guillermo Cabanellas; “La España Nacional” y “Por el Imperio hacia Dios”, de Rafael Abella; “Los vencidos y el exilio”, de Eduardo Pons; “La España de la Posguerra 1939-1953”, de Vizcaíno Casas; “García Lorca asesinado”, de José Luís Vila; “Las armas y las letras”, de Andrés Trapiello; “Unas Memorias”, de Dionisio Ridruejo; “Mis conversaciones privadas con Franco”, del Teniente General Francisco Franco Salgado-Araujo (el primo); “Porqué perdimos la Guerra”, de Carlos Rojas; “Guerra y vicisitudes de los españoles”, de Juan Zugazagoitia”; “Datos y Efemérides de la Historia de Melilla” (3 tomos), de Gabriel de Morales; “Memorias Políticas y de Guerra” (2 tomos) y “El Jardín de los Frailes”, de Manuel Azaña; “Ligero de equipaje” (Machado), “Queipo de Llano”, y “Vida, pasión y muerte de Federico García Lorca”, los tres, de Ian Gibson; “La II República, Melilla 1931-1936, Memoria Histórica”, Biblioteca de Melilla; “Abd El Krím y el Protectorado” de José María Campos; “Abd El Krím y la Guerra del Rif”, de David Woolman; “Historia de Melilla a través de sus calles y barrios”, de la Asociación de Estudios Melillenses; “Obra Poética”, de Miguel Hernández, con su nana de la cebolla escrita en la cárcel muriéndose de hambre: “En la cuna del hambre/ mi niño estaba./ Con sangre de cebolla/ se amamantaba…”; “La Guerra Civil” (2 tomos), de Hug Thomas; “Así se hizo la Transición”, de Victoria Prego; “La Guerra de España”, de Edgard Malefikis; “En el cielo de España”, de Francisco Meroño; “Los militares y la política de la España contemporánea”, de S. G. Paine; “Hitler” (biografía), de Alan Bullok; “Los Topos”, de Jesús Toboso y Manuel Leguineche; “El día en que murió Guernica”, de Gordon Thomas; “Mola, Franco, Varela”, de Rafael Fernández de Castro; “La Guerra del General Escobar”, de José Luís Olaizola; “Franco, el perfil de la Historia”, de Stanley Payne. Siento que el relacionar todos éstos títulos y autores, se me haya acabado el espacio, pero es mi forma de replicar a estos señores. Yo les sugiero, y de paso que Ángel Niu se sume a ello, que ojeen con atención algunas páginas de estos libros para que comprueben que la II República obviamente fue legal y de todos los españoles, aunque un lustro más tarde, concretamente la tarde del 17 de julio de 1936 desde la Comisión de Límites del Ejército, en el Cuartel de Topografía de nuestra ciudad, comenzaran a despedazarla para zampársela en tres largos años; y la digestión, más bien indigestión, tuvo su duración en los cuarenta tacos de almanaque siguientes hasta 1975. Esto lo deben mezclar con Fernández de Castro, antiguo Cronista Oficial de Melilla en 1937, donde con el lenguaje de la época dice quiénes fueron y cómo gestaron el Golpe en nuestra ciudad. Ver qué opinión les merece David Woolman sobre lo que escribe de nuestros vecinos rifeños, sus costumbres, su chelja, nuestro Protectorado y cómo se produjo la Guerra de 1921 (Annual), y así de paso que los de CpM le den también un repasito, que algo les ilustrará. Lean a Machado: “Se le vio caminando entre fusiles/ por una calle larga/, salir al campo frío/, aún con estrellas de la madrugada. /Mataron a Federico/ cuando la luz asomaba,……”. Visiten la Asociación de Estudios Melillenses y ojeen con detenimiento la historia de los nombres del callejero y barrios de Melilla y verán qué sorpresas más suculentas se llevarán. Al final y después de haber ojeado algunos de estos libros, les recomiendo que consulten lo que dice nuestra RAE de las palabras falacia e ignorancia supina, y recapaciten sobre ellas.
Juan J. Aranda

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