16 noviembre 2006

Algo sobre el cava español

ALGO SOBRE EL CAVA ESPAÑOL
Dicen que el llamado comercio “en punta”, expresión referida a la fase intermedia de crianza del champán o cava, cuando las botellas se colocan boca abajo antes de su degüelle está funcionando a tope desde hace casi dos años. De estos caldos, miles de litros viajan del Penedés o de la Conca del Barberá a zonas de Valencia, Extremadura, Castilla y León, La Rioja, y muchos otros sectores vinícolas más. O sea que la mayor parte del negocio sigue siendo de las bodegas catalanas. Y sobre la Denominación Origen Cava es la única de toda la Unión Europea que no tiene contenido geográfico, sino que agrupa a todas las bodegas que producen este vino espumoso, ya sean catalanas, extremeñas, riojanas o valencianas. Las denominaciones champán, champaña, o champagne, son reservados a Francia desde el momento en que se aprobó esa disposición europea, ya que de toda la vida ese vino espumoso francés tomó su denominación con el nombre de la región francesa de Champagne, que es la que produce esos caldos. Por eso tan cava es un cava de San Sadurní D’Noia como uno de Almendralejo. Además si una bodega riojana o valenciana elaboradoras ambas de cava y que compren uvas, y probablemente vino en Cataluña, lo que haría legalmente, seguirá siendo cava su producto. El cava riojano Royal Carlton, muy bueno y de reputación antigua, pertenece a Bodegas Bilbaínas, y como esta empresa pertenece a la firma Codorníu, el mayor grupo productor del vino espumoso en España, es por lo tanto un producto catalán. Igual que el corcho de sus tapones que es de otra región española.
Dicho todo esto yo, en estas Navidades, no voy a boicotear nada, que cada uno compre, beba, coma y cante lo que le salga de su alma. También creo que hay que sentirse español como a uno le de la gana. Si un vasco dice que no es español, y un catalán opina lo mismo, lo que verdaderamente tienen es un problema de identidad, ya que su DNI es igual que el mío, y está expedido por el mismo Ministerio. Además que cada uno se sienta como más le guste donde resida.
Desde hace muchos años se observa que muchas personas que viven en Cataluña, que son catalanes de varias generaciones u oriundos de otras regiones (éstos quieren ser más catalanes que los otros), nunca se quitan su gorro frígio (barretina) nacionalista para poder apreciar que existen otras tierras, iguales que las suyas, en España. Esta gente suele apretarse las orejeras de equinos, como los corredores-deportistas sus mp3 en nuestras calles, sin mirar a izquierda ni a derecha. Desde que tengo el uso de la razón yo he observado que en nuestra ciudad mucha gente se coloca su gorro frígio particular, arropados en nuestros 12 kilómetros de lejanía peninsular. Sobre lo que alguno dice que el catalán es un dialecto yo le aconsejaría que se lea los tres puntos del artículo 3º de la Constitución, que como es lógico por culpa del espacio no voy a transcribir aquí, y de paso se pegue también un buen cepillado para que la caspa se le caiga de una vez.

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