AYND RAND
Hace algún tiempo
escribía yo un artículo sobre la filósofa y escritora
norteamericana, de origen judio-ruso, Alisa Zinóvievna Rosenbaum,
más conocida como Aynd Rand. Como lo que dijo esta señora, es
siempre de rabiosa actualidad, yo lo reescribo con un poco de rabia
contenida, porque siento rubor, como español, cada vez que observo
lo que los amos de la pasta gansa, han hecho con Grecia, y lo que
está ocurriendo en nuestro país, con “D. Tancredo Rajoy y sus
muchachos”. Esta señora decía: “Cuando advierta que para
producir necesita autorización de quienes no producen nada; cuando
compruebe que el dinero fluye hacia quienes trafican no bienes, sino
favores; cuando perciba que muchos se hacen ricos por el soborno y
por influencias más que por el trabajo, y que las leyes no lo
protegen contra ellos sino por el contrario, son ellos los que están
protegidos contra usted; cuando repare que la corrupción es
recompensada y la honradez se convierte en un auto-sacrificio,
entonces podrá afirmar, sin temor a equivocarse, que su sociedad
está condenada”.
A mi me gustaría
preguntar a los gurús, los economistas más renombrados, a los
moralistas ensotanados de misa y olla gorda, que les pagamos todos
por medio de los Presupuestos Generales, y a los que trincan sus
buenas 14 cosechas anuales, si han calculado el número de individuos
que son necesarios condenar a la desmoralización, al trabajo
esclavizado, a la ignorancia, a la desgracia invencible, a los
parados que los han desahuciado de sus viviendas, a la penuria, al
pensionista que percibe una mierda de pensión, a la viuda que le ha
quedado una pequeña parte de esa mierda; todo ello solo para
producir un solo rico. Por favor: díganmelo. Y no me vale hacernos
creer que entre el rico y el pobre está el “riquillo”, y
el pobre con posibles, lo que suele llamarse: clase media; porque yo,
que soy un redomado ignorante, digo: ¡y un mojón!.
Como decía el anciano
señor Roig, en la calle Horta, de Barcelona: “Querido Dios, que
no existes”, baja y arregla esto, por favor”. Como era tan
cachondo decía que padecía de estrabismo testicular de orquitis
descompensada, o huevo escorado a la izquierda: “Siempre a la
izquierda, noy”. Me llamaba noy porque yo era un joven de
apenas 20 años. El hombre guardaba una botella de leche, desde 1937,
con el anagrama de la CNT. Me dijo que se la quedó como recuerdo
desde que ese sindicato las repartía llenas, por el Barrio Chino de
la ciudad.
Como en siglos pasados
existían los santos y las vírgenes que se les adoraba bajo sus
peanas, en la actualidad, siglo XX, tenemos a un san Google, que
quieras que no, la
verdad es que es muy
fiable; sobre todo en cuanto a hemerotecas se refiere. Y
como observo a alguien, que refleja en sus escritos una cruda
cronología, verdadera realidad, de un partido, que no es el de su
cuerda, aquí tienen ustedes, en este Año Mariano, como
aperitivo, algunas frases de nuestro ínclito Presidente del
Gobierno, D. Mariano Rajoy. Sonrían por favor: “Dije
que bajaría los impuestos y los estoy subiendo (…) han cambiado
las circunstancias y tengo que adaptarme a ellas”. Y
no dimitió. “Nunca
es bueno gastar más de lo que se tiene. Porque ese dinero que se
quiere gastar y no se ingresa hay que pedirlo prestado. Si no nos lo
prestan no podrá gastarse”.
Y acto seguido, su tic en el ojo izquierdo y su buchito de agua. “Si
no lo llevo en mi programa, no lo hago”.
Pues bien que lo hizo. “No
aceptaré imposiciones de la UE en políticas concretas que tiene que
tomar el Gobierno”;
¿De verdad que no las aceptó?. “A
mí nadie me ha pedido nada desde la Unión Europea, ni desde fuera”.
“Si
hay algo que no tocaré son las pensiones, porque el pensionista es
la persona más vulnerable”.
Aquí, mientras que pronunciaba esa frase, no tuvo más remedio que
resguardarse la nariz, para que el padre de Pinocho, el carpintero
Geppetto, no se la alargara más de como le iba quedando. “No
es momento de pabellones, autopistas o aeropuertos”.
Bien que se lo podría haber dicho al de Alicante, aquél que tenía
tanta suerte con la lotería. “Todo
lo que se refiere a mí y a los compañeros del partido no es cierto,
salvo alguna cosa que han publicado los medios”.
Esto es lo que dijo Rajoy sobre el caso Bárcenas en una rueda de
prensa. ¿Y qué era lo cierto, y qué era mentira?. “Permítanme
que haga un reconocimiento a la mayoría de españoles que no se
manifiesta, que no sale en las portadas de la prensa y que no abre
los telediarios”.
Rajoy pronunció la frase en la Asamblea General de la ONU. Creo que,
en esos momentos, la “Ley Mordaza”, ya se le estaba subiendo a
las barbas.
Bernard Shaw decía una
cosa muy escatológica, pero cachonda, que vendría muy bien en los
tiempos que corren: “Los pañales y los políticos se deben
cambiar muy a menudo,....y además por los mismos motivos”.
Espero
que, al menos hayan sonreído un poquito. Esa es siempre mi
intención.