22 marzo 2006

Carta abierta a CpM

CARTA ABIERTA A CpM
     
La palabra desfachatez en castellano tiene varias acepciones. Yo me quedo con la que hace referencia al descaro, sinónimo de osadía y de insolencia. Digo esto por las manifestaciones constantes que este grupo político hace con respecto al chelja  y sin que nadie les diga que no llevan razón. Estas personas no paran de dar la vara con el traído y llevado “tamazigh”, que no es otro que el chelja, oriundo de aquél, como el susi, el braber, el rifi, el que siempre hemos escuchado hablar a los fronterizos de las kábilas de Beni Sicar, Beni Sidel, Beni Ifru, Beni Bugafar; todas fronterizas con Melilla.  Kábilas asentadas en el norte de Marruecos con la invasión yemení-etíope por Muley Ismail (1672-1727) en el siglo XVII. Leo en este periódico que Aberchán se ha reunido con Gaspar Llamazares, de IU, para que este partido lo respalde en el Congreso para que esa lengua sea vehicular en la Asamblea melillense; y si eso no es osadía que venga Dios y lo vea.  No nos debemos de olvidar jamás que este partido comunista, actual IU, es partidario de la entrega de Ceuta y Melilla a Marruecos, como ya lo reivindicaba un antecesor suyo en el cargo, el minero asturiano Gerardo Iglesias; y también como todos los partidos con tintes separatistas que se han paseado por Melilla hace poco tiempo.  Dice Aberchán que el chelja (para él tamazigh) es minoritaria y milenaria, y que la Ciudad Autónoma no ha hecho nada sobre la cuestión de la defensa de esa lengua en Melilla.  Yo digo, y mucha gente también, que algo tan elemental como que el chelja es marroquí no se debe poner en tela de juicio, por lo tanto es a Marruecos como estado padre y madre de esa lengua al que debieran acudir con sus cuitas y anhelos. Es así de simple, y no darle más vueltas. En la actualidad la Ciudad Autónoma  bastante hace, y el Estado Español desde principios del siglo pasado; más o menos desde 1902 cuando casi un millar de personas procedente de Farhana tuvieron que refugiarse en Melilla huyendo del Pretendiente. Yo creo que el chelja ni es milenario ni minoritario, sino centenario en los alrededores de Melilla (300 años) y al 50% en la ciudad junto al castellano, verdadero idioma vehicular de la ciudad desde 1497.  También cita el Estatuto de Autonomía de Melilla en su artículo 5º apartado H, en el que dicho artículo dice: “La promoción y estímulo de los valores de comprensión, respeto y aprecio de la pluralidad cultural y lingüística de la población melillense”.  Como diría el castizo: “Te comprendo, te respeto, y además te quiero, pero que te mantenga tu padre (Marruecos)”. Comprensión y respeto, dos palabras que hasta el día de hoy se ha llevado a rajatabla, y con creces, en la Ciudad.  Mucha gente cristiano-castellano-parlante piensa que la única cultura que está en peligro de extinción en Melilla es la española-occidental-europea, y no el chelja, porque éste ya se encarga Marruecos de protegerla en sus territorios y en las clases de chelja que imparte en televisión, porque su identidad es marroquí, su cultura y su lengua son marroquíes, y como tal son una cultura y una lengua en un país extranjero como España.  Cuando dice que hay que recuperar la identidad perdida del chelja (para él tamazigh), porque es patrimonio de todos los melillenses sabe muy bien que no es verdad, porque mi patrimonio, como muchos otros melillenses, es la cultura española y mi idioma es el castellano, cometiendo el error de hacerle el juego a Marruecos, para que algún día este país pueda decir en la ONU que en Melilla (¿dirá presidio, o ciudad ocupada?) se habla mayoritariamente la misma lengua que en los pueblos de sus alrededores.  Yo creo que el chelja debe ser patrimonio exclusivo de la persona que lo habla, ya sea en sus casas, en el mercado, en la calle o donde les dé la gana, y por razones obvias (Constitución y Estatuto) jamás en la Asamblea de la Ciudad.  Y el plus que solicitan que se destine para que aprendan en las escuelas españolas, que pagamos todos con nuestros impuestos, sea el castellano, sepan de nuestra Historia, empezando por los Reyes Católicos, por ejemplo, y se culturicen en español, que es el país que ha acogido a sus padres hace apenas varias décadas; así no habría automarginación, ni victimismo, ni tanto fracaso escolar; ya que este fracaso en las escuelas, en parte, solo en parte, no se debe al sistema de enseñanza sino a la educación que reciben en sus hogares, porque en las aulas es donde se forman y “desasnan” los niños y en sus casas donde se educan.  Por curiosidad me gustaría saber porqué cada 17 de septiembre, conmemoración de la Conquista de Melilla en 1497, y del Sitio (09/12/1774-19/04/1775) que sufrió la ciudad por parte del Emperador de Marruecos, Sidi Mohamed, no acude ningún componente de ese grupo político a celebrarlo junto a sus compañeros de la Asamblea.  Creo que eso tiene la calificación de falta de respeto y de patriotismo hacia algo que se instituyó entonces.  También me gustaría saber cómo es posible que alguien reclame que cada 23 de noviembre sea  festivo (23 noviembre 1985) cuando Dudú “soñaba en español” y que luego, con “el rabo entre las patas” largándose a Marruecos, lo hacía en chelja.   Mucha gente, cuando lee en los periódicos esas reivindicaciones y esos desaires institucionales, se preguntará si las siglas CpM, Coalición por Melilla, no será “Coalición por Marruecos”.  
François Marie Atonuet (Voltaire) decía: “No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defendería hasta la muerte tu derecho a decirlo”.
“Dado en el Valle de Veliya, marzo del año 1200 aproximadamente del Califato de Córdoba”.
                              Juan J. Aranda
                              

Poemas


En el hospital del Rey,
un baile,
delante de mucha gente
nos quedamos solos los dos.
A la siguiente mañana,
en El Real,
ya éramos novios.
Melilla soñolienta dormía
en el crepúsculo del verano.
A hurtadillas, ella dejándose,
la besé inquieto.
Los pinos del Lobera
nos daban sombra en la tarde
y en el aire volaba
un perfume de jazmines.
No nos miramos,
solo nuestras sonrisas hablaban
al perderse con la risa.


Monumental Melilla
que en español te modulaste,
sin tregua en la llanura
diciendo que son tus hijos
te cantan sirenas draconianas,
pero sabes que los que pariste
como esmeraldas brillan
de piedras preciosas sus destellos.
El azul radiante de tu bandera
de suaves y bellas perlas
españolas desgranadas
y en su castellano ensartadas
delatan la belleza
de tus senos asombrados.


Qué importa del verso,
su devenir truncado,
Qué importa que burlonamente,
piensen que la rima separen,
y nieguen al poeta
sus humildes canciones.
Qué importa, poeta amigo,
si tu sueño en silencio
te condena, el final truncado.
Escribe y canta poeta,
y ríete con viento
del cenutrio burlador.

Tengo versos que desgranan
los prodigios del día.
Los que manan de su luz
haciendo completos poemas
que flotan en mi memoria
como brillantes jirones
tejidos en el cielo.
Todos son como destellos
que emigran
y retornan sonrientes
desde el fondo de mi niñez.


Si tú eres poeta,
la vida es poesía.
Si tu mente es creativa
a ella hay que hacerla fantasía.
Si tú eres la fuerza que doblega
ella es la flor
del árbol que perdura.


En el umbral de mi quietud
a veces paseo con sigilo mi destino.
Veo una jubilosa algarabía
de arabescos mi camino.
Cruzo de lirios un valle
con el silencio de los jazmines.
Atrapadas están las gardenias en el ribazo
por violentos nardos aguerridos.
Un rumor de enamoradas rosas
de alegres alhelíes
perfuman a las guirnaldas
consentidas en el sendero.
Es todo un perfume
de acentos sorprendidos.
Mis zapatos, su color,
prendido de flores,
anhelan un césped descansado.

Pensador acantilado Rusadir
que del meditar tus recuerdos
del viejo Marte, hoy solo
te asedia la inquietud.
Él se fue dejando atrás
En La Purísima
héroes y gloria.
Con diapasónica melodía
rompe tú en silencio
y nimba bien
tus épicas andaduras.

Imaginar bellas canciones
es del poeta sus pasiones.
Entonar dilemas,
es del hombre sus cadenas.
Yo le canto a Melilla:
“Heráldica y sublime
en tus rusadianas piedras,
clamadora de alboradas cervantinas,
aleja de ti el drama del vecino
de blanca chilaba y
marfileñas babuchas
con sus taumaturgas melodías.
De tu silencio prudente
hago yo elocuencia
con mis humildes poemas.









13 marzo 2006

Sobre las estatuas pintarrajeadas de la ciudad

SOBRE LAS ESTATUAS PINTARRAJEADAS DE LA CIUDAD

     A don Emilio Calatayud, juez de menores de Granada, sin conocerlo personalmente, de verdad que le tengo una profunda admiración por las condenas que impone a los menores que delinquen, y además porque parece un hombre sencillo y afable con todo el mundo.  Dice El País del domingo 5 de marzo que en toda su carrera como juez durante 26 años, y 18 con menores, ha internado a ochenta chavales, dice que “con lo que cuesta cada día un muchacho en un centro, más de 200 euros, pagas un equipo de educadores que le den la vuelta”.  Todo lo basa en la educación y en las prestaciones que deben cumplir a la comunidad siendo, para los muchachos, la única redención de las penas. Esto lo he leído en un periódico con tirada nacional como El País, pero antes había leído en Melilla Hoy en la última página en “Los melillenses nos dicen” que la gente se queja, y con razón: “¿Es que la Ciudad no tiene presupuesto para limpiar los monumentos manchados de pintura durante tantos años?”.  Yo no sé los años que llevarán hecho una pena, lo que sí puedo decir es que en septiembre del año pasado el soldado con su mosquetón alzado en una mano y en la otra el banderín junto al “León de la Avenida” pude observarlo que estaba tal y como se puede ver en la fotografía, o sea, una pena.   No sé a quien corresponderá ordenar que le peguen un buen fregado, lo que sí pensamos mucha gente es que al gilipollas, sea macho o hembra, que trinquen guarreando el mobiliario urbano, en este caso los monumentos de la ciudad, le endiñen un cubo y estropajo y que los dejen como estaban. Estos “pintamonas”, a parte de ser unos antifranquistas de “fulañí”, -los verdaderos son de otra hechura que ya quisieran ellos parecerse-, les están haciendo el juego a los seudointelectuales y quintacolumnistas que existen en la ciudad en  favor de Marruecos.  Y nuestro vecino lo sabe bien y se frota las manos con deleite cada vez que algún imbécil atenta contra esos monumentos.    ¿Se imaginan ustedes si vieran a alguien, hijo de fulanito o menganita, conocidos de toda la vida, con un cubo y un pedazo de estropajo encaramado a lomos del León limpiándole la cara al Soldado?.  No me digan que el espectáculo no sería ejemplarizante y educativo.  En Santander creo que aún existe la famosa estatua ecuestre de Franco en la plaza que lleva su mismo nombre, pero que los santanderinos, muy cachondos ellos, la bautizaron como: “La Plaza de los Cojones”.  El motivo de denominarla “escrotalmente” es similar a las que aún están en pié en nuestra ciudad; debido a que aún no ha habido nadie con los cigotos bien puestos que ha ordenado quitarlos; porque políticos de uno y otro signo que desean que esas estatuas y letreros con nombres franquistas en las calles se guarden en los almacenes: haberlos haylos; pero cuidado que el pedestal no lo tiren por si les hace falta para otro preboste.  Pero claro, ahí está eso de:  quien es el que le pone los cascabeles al gato; ya que si sale alguno con esos deseos en su fuero interno piensa: si le coloco el sonajero al minino en las urnas me las van a dar todas en el mismo carrillo, y mi poltrona se volatilizará de mi orondo culo, así que para eso que se quede todo tal y como está.  Pues nada, que sigan con sus dos carrillos incólumes, ordenen lavarle la cara al Soldado, “peinen” la melena al famoso León, que los pintamonas sigan campando a sus anchas y los respetos que nos deben a todos los ciudadanos se los pasen por el arco de la desfachatez y de la poca lacha (vergüenza en caló).  Que sean felices, y mis mejores deseos para los enfermos.
Reciban un cordial saludo.

                              Juan J. Aranda
                              www.juanaranda.blogspot.com
Málaga marzo de 2006

Enhorabuena a Juan Garbín

ENHORABUENA A JUAN GARBÍN POR SUS “DÍAS DE ESTIRPES Y SOLES”

     “Días de Estirpes y Soles”.   “(….) La plazoleta/ y el atril/ han quedado en soledad/. Él lo ignora/ se abrocha / la chaqueta/ a cuadros/ llevándose/ con él/ el zurrón/ de las palabras/ huecas”. Juan Garbín nos deleita nuevamente con sus versos salidos de su región de “Hades”, todos llenos de escultura literaria. La región que todos los que nos dedicamos a juntar palabras lo mejor que sabemos procuramos cuidar con esmero.  Es como el que esculpe en el aire, metiendo su poesía en las raíces de nuestras calles melillenses; en nuestras almas acompañados al son de los latidos de nuestros corazones, donde con gran maestría forma los versos que caen como cascadas en las almas de los lectores.  Juan Garbín, al igual que el otro trovador melillense de derecho corazón, nuestro Eladio Algarra, reparte su poesía con su humilde canto de hijo agradecido.  La mordacidad de su “Zoco” cada domingo nos deleita con sus sagaces comentarios, prefiriendo molestar con la verdad en sus “diálogos de besugos” que complacer a alguien con adulaciones vanas.  Nietzche decía que el hombre sufre tan terriblemente en el mundo que se ha visto obligado a inventar la risa.  Yo de verdad te digo, mi amigo Juan, que ese “invento” del filósofo teutón lo practico a cada momento y apenas me llega tu “Zoco” pienso en Ángel Ganivet que también decía con respecto a la sátira que ésta consistía en rebajar al hombre hasta donde se merece; y yo digo: y un poco más.     Porqué cuando una persona llega a un sitio y dice a otra: “fulanito te envía un abrazo”, no se lo da de verdad.  Yo aunque sea virtual te lo doy de todo corazón.  Así que desde esta orilla te leo y te deseo lo mejor.

  

Poemas


Luminosa y cristalina la mañana
extiende sobre el pensil
el sosiego y la calma
de su cielo azul.
Jubiloso siempre en primavera
Jardín de leyendas de amores
y de ardientes versos escritos
en  recoletos bancos escondidos.
Sus estatuas blancas sonríen grises
cuando los pájaros las defecan sin piedad.
Cuando el sol a través de sus ramas
les lanza sus rayos son
como verdes caprichos geométricos
en sus pinos y palmeras dibujados
Serenidad en las aguas de su estanque
e inquietud en los surtidores
que lo saludad desde lo alto.
El embrujo de la hora
parece música de un cuadro
donde se ve una ciudad de abanico:
Melilla.

A los escribidores y lectores de los parques melillenses.












Como de soslayo la neblina
desciende desvaída y lenta a
la débil claridad mortecina
de la luna que ilumina
el sagrado jardín soñoliento.
Pensil silencioso donde los héroes
duermen en su eterno descanso.
Y sin ilusión alguna la boira,
entre la paz del silencio,
va deshojando una a una,
las flores del camposanto
al resplandor de la luna.

Una mirada a la Concepción de un atardecer desde el cerro de Ataque Seco.


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