22 septiembre 2015

EXPLORADOR BADÍA

Pues sí señor: Que me alegré muy muy mucho, por la nueva lápida que le han colocado a la calle Explorador Badía. Se ve a la Consejera, sonriente como siempre, con algunos vecinos orgullosos, con toda la razón, de saber que una esquina de su calle va a seguir, esta vez adornada, con una nueva placa, como se merece aquél catalán, (paisano de Gasol, de Pujol, de Prím, y del Más....capullo), Domingo Francisco Jorge Badía y Leblich, que fue militar y espía; pero más conocido como Alí Bey, o Alí Bey el-Abbassi.
Haciendo una pequeña sinopsis de su vida, hay que decir que en el año 1803, por encargo, y financiado por Manuel Godoy, “El Choricero”, emprendió un largo viaje por territorios musulmanes, haciéndolo camuflado como príncipe sirio musulmán, descendiente de los Abbasíes. Sus viajes lo llevaron a Marruecos, Argelia, Libia, Egipto, Siria, Turquía y Grecia. Visitando lugares en los que nunca antes había estado un occidental; incluso la isla griega de Patmos, donde mi tocayo, San Juan escribió el Apocalipsis. Este viaje lo hizo como espía: Sí señor, muy espía y a la chita callando, a sueldo de Godoy, con el fin de ganarse la confianza de Muley Solimán y convencerle de que aceptase a España como protector contra sus enemigos y, de no lograrlo, contactar con los enemigos y empujarlos a una guerra civil para que luego España los invadiese. O sea que el tío era un lince, y un liante de cojones, pero eso sí: Siempre en favor de España. Por eso en Melilla tiene una calle con el nombre de Explorador Badía, y aquí en Málaga como Alí Bey.
Por el manifiesto silencio hacia mis reivindicaciones, creo que va a llegar el día que, tanto la Consejera, Mohatar, o el Director, Bellver, les dará la idea por cambiar la placa de la calle Napoleón por otra más floreada y pinturera, y a pié de calle, en declaraciones a la prensa dirán algo así, como: “Esta nueva placa se descubre merecidamente al Glorioso General, más joven de Europa de su tiempo, héroe de la Batalla de Austerlitz, en 1805, su gran obra maestra; en Jena en 1806, y en Friedland en 1807. General invasor de nuestra Patria, que causo la muerte, solo en la Batalla de Talavera, de 7000 de los suyos, más de 5000 ingleses, y 1200 españoles. Pero lamentablemente sus campañas en Rusia y en nuestro país fueron sus grandes fracasos, saliendo por los Pirineos haciendo ¡Fú!, como los gatos al pisarles el rabo”. Lo de ¡Fú!, es cosa mía.
Por otra parte hay que decir que la calle Explorador Badía, no se encuentra en El Rastro, sino en el Barrio del Carmen. Al menos eso es lo que figura en el Callejero de la Asociación de Estudios Melillenses (AEM); y también lo que cree cualquier melillense que peine canas, desde que viste pantalones por la rodilla; como este que les escribe.
Item más: A mi compañero Salido, le sugiero que revise el Nomenclator de España, y comprobará, que aparte de Majadahonda, que imagino le “colocaron” el nombre por estar situado en un lugar hondo en medio del campo, refugio de los pastores y de su ganado por las noches, durante las épocas del pastoreo. Cosa distinta a una buena “Majá”, que es una mierda como el sombrero de “Yon Vaine” en “Río Bravo”. Pero si quiere, yo le recomiendo que se relea la “Geografía Postal Nacional”, que estudiamos antes de nuestra incorporación en Correos, donde figuran los nombres: Follanza, en La Coruña; Los Folletines, en Granada; Cucazorras, en Málaga; El Cuco en Albacete; La Polla, en Ávila; San Figdoso, en León; La Tortilla, en Jaén. Y ahora, si es capaz, que le busque el verdadero gentilicio a cada uno de ellos, pero sobre todo a los de Follanza, y a los de La Polla. A mí me da vergüenza.


20 septiembre 2015

LA CAJA DE MÚSICA


La camarógrafa, hungara Petra Lászlo, dice que la patada de tacón, que primero le dió a una niña, y la zancadilla que le puso a Osama Abdul Mohsen, llevando a su hijo pequeño en brazos, y en la otra un bulto de ropa y comida, dice que se rompió el cordón policial, y uno de los inmigrantes corrió hacia ella se asustó y claro, la pobrecita, tenía que protegerse. La cadena donde trabajaba, apenas la despidió, le envió una carta de supuesta disculpa a otro hijo de Osama, y el muchacho, desde Turquía, les respondió: "En primer lugar, lo que hizo no fue en defensa propia. Y mi padre no se dirigía hacia ella. Él sólo corre con el niño sujetándolo con una mano y con la otra sus pertenencias. En segundo lugar que pateó y golpeó a más de una persona. ¿Qué era lo aterrador para ella?". También en otra carta dirigida a la camarógrafa, entre otras cosa le pregunta:
"¿Por qué este odio, Petra? Cuando vi lo que hiciste estábamos, profundamente conmocionados. Fue una cosa tan terrible que no se puede describir con palabras. Lo que sé es que no pudimos dormir durante toda la noche. Mi padre sólo corría con mi hermano en brazos. Te voy a contar quién es. Quiénes somos. Él se llama Osama Abdul Mohsen. Tiene cuatro hijos. ¿Qué quiere que le cuente de nuestras vidas? No somos ricos ni pobres. Somos una familia de clase media que ha huido de Siria por la guerra. Nos fuimos tan rápido que apenas tengo fotos, porque salimos de allí desplazados y no cogimos todas nuestras cosas. Una parte estamos hoy en Turquía. Antes estábamos juntos todos. Hasta que mi padre, angustiado por nuestra situación económica, cogió a Zaid para buscar un mejor futuro. Y partieron. Él siempre nos dice: aún no sabemos nuestro destino. Yo quisiera terminar en España, pero eso lo decidirá papá. Y yo le obedeceré... Él ha puesto en riesgo su honor por el bien de su familia... Cuando él decidió huir a Europa pensábamos que los principios de los Derechos Humanos no permiten que nadie ataque a un padre que sólo sostiene a su hijo. Esperemos que este tipo de ataque racista no se permita más. Nosotros sólo queremos la paz. Y por eso decidimos arriesgar nuestras vidas... Al ver caer a mi padre y mi hermano, sentí un dolor muy profundo. ¿Por qué ese odio, Petra?".
He transcrito integramente la carta porque creo que es necesario que la gente sepa de la maldad de personas que hacen daño a inocentes, que solo necesitan una pequeña ayuda de los países del egoista y mal llamado Primer Mundo.
El polaco, Janusz Korwin Mikke, dijo en el Parlamento Europeo: "Esta es una política ridícula que provoca que Europa termine inundada de basura humana. Digámoslo claro: basura humana que no quiere trabajar. América construyó su poder porque acogió a inmigrantes que querían trabajar y no les entregó limosnas,.....Estamos arruinando Europa y esta política es la causa de la caída de Europa". Este mamón lo dijo vestido con traje de chaqueta y pajarita. Ante esto, la Vicepresidenta del Parlamento, Sylvie Guillaume, le retiró la palabra; ¡qué menos!. A pesar del rechazo que provocó en la Cámara, el muy cabrón, pareció sentirse orgulloso de sus palabras, dado que más tarde subió un vídeo de su intervención en su perfil en Twitter. En el pasado, también realizó declaraciones polémicas, al afirmar que Hitler no supo del Holocausto, o que la diferencia entre el consentimiento sexual y la violación era muy sutil. También el gobierno húngaro ha aprobado una ley que declara delito cruzar la frontera a partir del 15.09.2015, con penas de hasta tres años de cárcel. "Ya hemos visto el horror, esto no nos detendrá en nuestro camino hacia la Europa libre", comenta un grupo de refugiados en la estación de Budapest.
Viendo y leyendo parte de las tragedias de estos refugiados, que huyen de la guerra, hace algunos años vi la película: “La Caja de Música”. La historia de un inmigrante húngaro, afincado en EEUU, desde el final de la II Guerra Mundial, acusado de ser un criminal de guerra, nazi. Su hija, una abogada de prestigio, convencida de su inocencia, decide ocuparse de su defensa. Al final, es ella misma la que denuncia a su padre tras averiguar que fue un asesino, que perteneció al “Partido de la Cruz Flechada, Movimiento-Hungarista”. Un partido político húngaro de carácter fascista, pro-nazi y antisemita; liderado por Ferenc Szálasi, que gobernó Hungría los meses finales de la II G.M.. Durante aquél corto periodo, miles de personas, entre los que se encontraban cientos de judíos, fueron ejecutados de forma extrajudicial, y otras 80.000 fueron deportados a Auschwitz.
Yo creo que, dicho todo esto, el Parlamento de Europa, con Maroto (PP), ex-Alcalde de Vitoria, invtado de excepción, a la cabeza, debiera reunirse entre las vías de la Estación de Budapest; y como hemos visto lo que hace la policía hungara hacia estas personas, donde hay ancianos y niños, y bebés, lanzándoles bocadillos como a los animales, a ellos, a esos politicastros de mierda, que no llegan a un acuerdo, habría que lanzarles una buena porción de cagajones, y en mayor medida al polaco de la pajarita, y también a nuestro Maroto. Y a Dinamarca, Eslovaquia, Polonia, Rumania, y Hungría, y demás países que están teniendo un comportamiento rácano "pilatesco", -de Pilatos-, que la UE siga entregándoles más jurdó. Total si lo pagamos nosotros, incluso el pastón que cobran ellos por representarnos.
P/D Tengo que decir que el señor Osama, el que cayó zancadilleado por la camarógrafa sinvergüenza, se encuentra en España. Getafe es el pueblo que lo ha acogido, junto a su familia.


13 septiembre 2015

EL GENERAL CASTAÑOS Y NAPOLEÓN

Cuando nos referimos al General Castaños, sabemos que era D. Francisco Javier Castaños Aragorri Urioste y Olavide, Duque de Bailén, nacido en Madrid, el 22.04.1758, y fallecido en la misma ciudad el 24.09.1852. Fue un militar, y político, que sobresalió durante las Guerras Revolucionarias Francesas, y la Guerra de la Independencia Española.
A los 10 años de edad, Castaños, recibió el grado de Capitán de Infantería, que Carlos III le concedió, en atención a los méritos de su padre. Pasó a estudiar, como oficial de corta edad, al Seminario de Nobles, formación que completaría después en la Academia de Barcelona.
A los 16 años, es destinado al Regimiento Saboya, en Cádiz; comenzando así su larga vida militar. A los 24 años asciende a Sargento Mayor (Comandante); a los 26 a Tte. Coronel, y a los 31 a Coronel Graduado.
Al ascender a coronel, le fue confiado el mando del regimiento “África”, con el que en 1793, prestó sus servicios durante la llamada Guerra de la Convención, que Carlos IV declaró a la Francia Republicana, luchando en los Pirineos Occidentales, bajo las órdenes del General Ventura Caro, Jefe del Ejército de Navarra. En 1794 fue ascendido a Brigadier, siendo poco después herido gravemente en la cabeza en la defensa de San Marcial, en Guipúzcoa. Restablecido, fue nombrado Mariscal de Campo, en 1795. En 1802 fue ascendido a Teniente General, por la defensa del Puerto del Ferrol contra los ingleses; Lo que le valió, por cierto, ser nombrado Alcalde Honorario de Portugalete. Así mismo, fue nombrado para el mando de la Comandancia del Campo de Gibraltar, cuya sede traslada desde San Roque hasta Algeciras.
En 1808, comenzada la Guerra de la Independencia recibe, de la Junta Suprema de Sevilla, presidida por Francisco Saavedra, el encargo de formar un Ejército en Andalucía, siendo nombrado Capitán General. Tras la victoria en la Batalla de Bailén, e instaurada la Junta Central Suprema y Gubernativa del Reino, es designado para el mando del Ejército del Centro.
El 23.11.1808, participó en la Batalla de Tudela, que perdió a causa de falta de medios. Tras el desastre de la Batalla de Somosierra, se produjo un motín, donde murió asesinado el 7.01.1809 el General Benito de San Juan, del que milagrosamente escapó Castaños.
Estuvo enterrado en Panteón de Hombres Ilustres de Madrid, hasta1963, año en el que sus restos mortales fueron trasladados solemnemente a Bailén, y depositados en la Iglesia Parroquial de la Encarnación, con su mausoleo original. El general Castaños descansa en esta ciudad junto a la Virgen de Zocueca, patrona de Bailén, de la que era muy devoto y a la que donó sus condecoraciones militares en 1823.
Vista la breve, y relevante, sinopsis de este ilustre General, con muy bien ganada calle en nuestra ciudad, como en cualquier pueblo del país que la hubiera, hago la siguiente pregunta a la señora Mohatar, Consejera de Cultura, y al señor Bellver, Director de la “Misma Cosa”, cargos que, según está “el Patio” de la crisis, y “Montogoo”, y sus buenos salarios que perciben mensualmente, y que por eso deben llevarlos con sus cargas, como es contestar a este humilde escribidor, por ejemplo: ¿Cuando van a acometer la retirada de los letreros de Napoleón, la del Viento, la Espalda al ídem, y la Paralela al Sol?. Estas últimas a cualquiera que haga trabajar su caletre un poquito, se preguntará, si el Viento tiene espalda, o que nos informe en qué hora el sol está en paralelo a dicha calle. Y a pesar de los “melillitas patrioteros”, por supuesto, que retiren también la estatua del dictador, y las de todos los nombres del partido que lideró J. A. Primo de Rivera, incluso la de éste, -antigua Conde del Serrallo-, perpendicular a Isabel la Católica y Abdelkader, -antigua ésta, de Málaga y Arturo Reyes-. ¿Para cuando será, señores políticos?; ¿para cuándo dejaremos de oír, en la Península, que nuestra ciudad es la única que no respeta la Ley de la Memoria Histórica?. ¿Hasta cuando?.
Lo repito: No me importaría que estas reivindicaciones fuesen como las que solicitaba el traslado de la Losa de Monte Arruit al Panteón de Héroes, que ya está instalada allí.

Bueno, ¡esta es otra!: Creo que también debieran retirar la dichosa plaquita de la fachada de la casa donde residió Franco, porque la autoridad que ordenó su colocación estuvo “sembrao”; más bien por su poca gracia, creyendo que ahí acabarían las reivindicaciones.

12 septiembre 2015

ESCUCHANDO “EL SITIO DE ZARAGOZA”, JUNTO A AGUSTINA DE ARAGÓN Y NAPOLEÓN

La calle Agustina de Aragón, en nuestra ciudad, se encuentra entre las de Tetuán y Juan Sebastián Elcano. Su nombre verdadero era: Agustina Raimunda María Saragossa Domènech, nacida y bautizada el 4.03.1786, en Barcelona. O sea que era nuestra heroina, y además era: ¡¡Catalana, y Española!!, ¡toma ya!. Y por ende también una gran patriota, como el General Prím y el niño, Isidro Lluça Casanovas, más conocido como “El Tambor del Bruch”, por las batallas ganadas a los franceses en los días 6 y 14 de junio de 1808.
Algunos historiadores fijan el nacimiento de Agustina, en Barcelona, porque según el párroco de Sta. Mª del Mar, Mosén Ramón Albert, dice que el 6.03.1786 bautizó a Agustina Raymunda María, que era hija legítima de Pedro Juan Saragossa, y de Raimunda Doménech. Otros lo fijan en Reus o en Fulleda; y Melilla, según Espasa Calpe, como la ciudad del fallecimiento, pero José García Cosío, Cronista Oficial de Ceuta, autor del libro, “Ceuta, historia, presente y futuro”, editado en 1977 dice: “…... Que Doña Agustina Zaragoza y Doménech, nacida en Fulleda (Lérida) y no en Barcelona como aparece en su partida de defunción; llegó a Ceuta en el mes de Mayo de 1853, acompañando a su hija Carlota, casada con el Capitán de la Admón. Militar Francisco Atienza Morillo, a la sazón destinado a la guarnición de dicha ciudad. Habitaron primero en la casa nº 10 de la calle Muralla, y posteriormente en la casa nº 37 de la calle Real, denominada entonces “La Casa Grande”, que se encontraba enclavada en el mismo sitio en que ocupa la edificación nº 2 de la calle que lleva su nombre y en cuya fachada principal hay una lápida en su honor. Dª Agustina, cuando fue a residir a Ceuta contaba sesenta y siete años de edad, teniendo una firmeza y carácter extraordinarios. Tuvo una actuación personal con motivo de una sublevación ocurrida en el Penal del Hacho, causando tal impresión en los presos, que al momento depusieron su actitud. Falleció en dicha Plaza de Ceuta, -según fotocopia de su partida de defunción-, el día 29.05.1857, de una afección pulmonar, a la edad de 71 años, siendo enterrada en el cementerio de Santa Catalina, nicho nº 1 del departamento de San Cayetano. La Corporación del Ayuntamiento de Zaragoza, acordó solicitar el traslado de sus restos, comunicando dicha decisión al municipio ceutí el 12.06.1864. El 2.06.1870 fueron exhumados dichos restos, siendo recibidos en la ciudad de Los Sitios, el 14 del mismo mes y año, y trasladados posteriormente al Monumento que perpetua las Hazañas de 1808”.
En “Zaragoza” -Episodios Nacionales-, dice Galdós: “Zaragoza no se rinde. La reducirán a cenizas; de sus heroicas casas no quedará ladrillo sobre ladrillo; caerán sus cien templos; su suelo se abrirá vomitando llamas, y lanzados al aire sus cimientos caerán las tejas al fondo de los pozos; pero entre los escombros y entre los muertos habrá siempre una lengua viva para decir que Zaragoza no se rinde”. Esta última frase la podíamos leer en el reverso del billete de 1000 ptas. de Pérez Galdós.
Las crónicas del Sitio, que los franceses pusieron a Zaragoza, cuentan que los zaragozanos no sabían rendirse, sus carnes se cubrían de gloria, y más que vencedores, los franchutes, serían sepultureros de aquéllos heroicos maños.
Dicho esto, mi persistente pregunta de mangangá, o mosca cojonera, es: ¿Creen ustedes que nuestra Agustina, nuestra heroína, merece estar en la misma ciudad que el invasor, cuyo ejército que acaudillaba, causó tantas muertes entre españoles?. Bueno pues como dice Galdós, este que les escribe, siempre tendrá su “lengua viva”, en este caso el teclado de mi ordenador, para decirle a la Consejera de Cultura, -que según he leído, “tiene un presupuesto de algo más de un millón de euros” (Melilla Hoy 6.09.2015)-, y al Director de lo “Mismo”, que no voy a rendirme. Porque creo, que si algunos miles de esos euros los emplea para “descabalgar” indignos letreros, que no merecen figurar en nuestras calles, no se notaría apenas.
Mientras he escrito este artículo, en vez de oir a mis amigos Mozart o Mendelsshon, -por cierto: Se cuenta que Wagner, era un antisemita visceral, hasta el extremo de que se ponía guantes cuando le tocaba dirigir una obra de Félix Mendelssohn, porque “le asqueaba dirigir música compuesta por un judío”. Menuda alhaja era el sajón. Desde que lo leí, solo escucho de él: “Tanhauser”, porque tiene un solo de trombón, muy guay, que a mí, de chavea, no se me daba mal. Como digo, mientras aporreaba el teclado he estado escuchando “El Sitio de Zaragoza”, de Cristóbal Oudrid, interpretado por la Banda de Infantería de Marina; y cuando me dirijo al Director y a la Consejera, me he imaginado, por un momento, que el pasacalle final, -más bien marcha militar-, de esa gran obra patriótica ellos, como políticos del PP, e invitados en la tribuna, muchos melillenses, y yo en la cola por la izquierda, -siempre por la izquierda- desfilábamos marcialmente al compás de esa música, interpretada por la Banda de la Comandancia General de Melilla.
Pero, ¡ojo!, y repito, que solo eran invitados, ¡eh!?.
¿Qué les parece.



06 septiembre 2015

HÉROES DE 1921, ENTERRADOS EN EL CEMENTERIO “EL CABAÑAL”, DE VALENCIA

En mis conversaciones con José Luís Blasco, sobre lo divino y lo humano; aunque la mayoría de las veces es sobre nuestros Héroes y Mártires, me indicó que había encontrado, en Internet, la información que daba el “Diario Levante”, de Valencia, el 2.11.2013, refiriéndose a una sepultura que hay en el Cementerio de El Cabañal. Resulta que esa tumba trata de cuatro soldados, que dieron sus vidas por la Patria, los que sus nombres figuran en tantas páginas gloriosas. La noticia dice así: “Valencia recordará con una placa a los soldados fallecidos en la guerra del Rif”. Esta publicación fue debida a que un señor que visitaba el cementerio El Cabañal, observó la lápida de una tumba, muy deteriorada: “......Con el desparpajo de quien se siente con la razón, un hombre abordó ayer a la concejala Lourdes Bernal en el Cementerio del Cabanyal mientras la edil y su séquito se dirigían a la tumba de Mariano Benlliure. Le pidió que el consistorio ´´hiciera algo´´ para destacar una tumba casi borrada por el tiempo. Se trataba de la sepultura de cuatro soldados valencianos que murieron en África, en la guerra del Rif, en la segunda década del siglo XX. La lápida fue encargada por la Cruz Roja de Valencia, como aún se lee en ella, ´´en recuerdo a los Héroes de África fallecidos en el Hospital de la Cofradía del Pescador´´. Se trataba de un centro médico preparado en el Cabañal para recibir a los vapores que venían desde África, especializados en heridos de guerra. El vecino anónimo exigió a Bernal “algún distintivo, aunque sea pequeño”, para recordar a los soldados enterrados, casi anónimamente, en una sepultura encajonada entre dos mausoleos y rodeada por cuatro palmeras. La concejala Bernal, tras consultar con el jefe de servicio de Cementerios, Fernando Garrigós, se comprometió a instalar una placa informativa y puso a disposición del peticionario al personal del cementerio para que le ayudaran ´´en todo lo posible´´. En el cementerio del Cabanyal también se rindió homenaje al médico Vicente Lluch, fallecido en 1891, que da nombre a la conocida calle Doctor Lluch”.
Los soldados Ildefonso González, Higinio Fernández, Martín Serrón y Lorenzo Gutiérrez desembarcaron en la costa valenciana después del Desastre de Annual. Lorenzo Gutiérrez Vergara era de Melilla. Después de fallecer en el hospital, fueron enterrados en el Cementerio de El Cabañal, entre los mausoleos de Benlliure y el Doctor Lluch.
Ante esta noticia, que para mí, al tratarse de nuestros Héroes, era tan emotiva, como significativa, me puse en contacto con la señorita Laura, responsable del cementerio de El Cabañal, y muy amablemente me comentó, lamentándose no poder facilitarme el nombre del ciudadano que solicitó el adecentamiento de dicha lápida. También me dijo que de la Capitanía General de Valencia, se comprometieron a su mantenimiento, e imagino que la hubiesen puesto como “los chorros del Oro”, igual que las de sus compañeros, en nuestros Panteones de Melilla. Porque, la verdad, es que no creo que fuese tan oneroso cambiar la losa de granito, deteriorada por el tiempo, por una de mármol, donde se puedan observar con claridad, los nombres de los cuatro Soldados que dieron sus vidas por la Patria desde las camas de la Lonja del Progreso Pescador del célebre barrio valenciano de El Cabañal.
Ante esa noticia tan bella y sublime, yo ruego a los militares, responsables del Centro de Historia y Cultura Militar de Melilla, de los magníficos y espléndidos panteones y tumbas de la ciudad, se pongan en contacto con la Capitanía de Valencia, y ver si fuera posible adecentar, y dignificar, ese sencillo sepulcro, donde se hallan unos humildes soldaditos. Porque ellos también fueron, junto a sus compañeros, que reposan en Melilla, los que dieron sus vidas por nuestra Patria.
Quizás ni José Luís Blasco ni yo mismo, contribuyamos a la Historia del Pensamiento Universal, pero siempre podremos decir que hemos aportado con dos pequeños ladrillos para la Historia de nuestra Ciudad y sus Héroes.



MURAT, SU “PRIMO” EL INFANTE D. ANTONIO, Y NAPOLEÓN

La frase “Hacer el primo”, como todo el mundo sabe, se entiende como la persona incauta, que se deja engañar muy fácilmente. El origen de esta expresión, sin embargo, no es muy conocido. Se cree que data de los sucesos del 2 de mayo de 1808, que en una carta, el general francés, Joaquín Murat, con muy mala leche, dirigió al Infante D. Antonio y a la llamada Junta de Gobierno.
Según el protocolo de la Casa Real Española, el Rey daba el tratamiento de “Primo” a los Grandes de España, cuando se dirigía a ellos en cartas privadas, y en documentos oficiales. Murat, quiso seguir este protocolo y se dirigió al incauto príncipe, y a la colaboradora Junta, iniciando su misiva en los siguientes términos: “Señor primo, señores miembros de la Junta....”. A continuación seguían una larga serie de amenazas humillantes, y terminaba su carta despidiéndose: “Mi primo, señores de la Junta, pido a Dios que os tenga en santa y digna gracia”. En aquella situación, la palabra “primo” sonaba a sangrienta burla, y el pueblo así lo entendió, rechazando los torpes manejos del gilipollas infante don Antonio, y de la sumisa Junta, que por puro miedo, no se atrevían a contrariar a los franceses. Rápidamente, la expresión: “Hacer el primo”, empezó a utilizarse para designar a aquellos que se dejaban engañar traicionando al pueblo, y llegó a hacerse tan popular que, en la actualidad, la seguimos empleando en nuestro lenguaje diario para expresar, con cierta sorna, la sumisión consentida al engaño o a la explotación: “Ese ha hecho el primo, con la venta de ....”.
En “La Corte de Carlos IV”, (Episodios Nacionales, Pérez Galdós), refiriéndose a ese infante: “… Acostumbraba a matar los ocios de la vida regia, alternando los oficios de carpintero y encuadernador, con el cultivo del arte de la zampoña. ... Jamás vi fisonomía tan bonachona. Tenía costumbre de saludar con tanta solemnidad como cortesanía a cuantas personas le salían al paso. … Se habría confundido con cualquier sacristán de parroquia .... Era, entre todos los individuos de la regia familia, el que me parecía de mejor carácter. Más tarde conocí cuánto me había equivocado al juzgarle como el más benévolo de los hombres”. Galdós refería porque el que se entretenía tocando la zampoña compartió, con la familia real, el encierro en Valençay; y de regreso a España, desempeñó altos cargos oficiales; siendo toda su vida un firme partidario del absolutismo, reuniéndose con lo más florido del partido realista furibundo. O sea que aparte de tener un careto bonachón, de gilipollas meapilas, en el fondo fue un “entreguista” afrancesado.
Hace algunos años, cuando yo era una vulgar mosca cojonera, solicitando reiteradas veces que la “Losa de Monte Arruit”, fuese trasladada al Panteón de Héroes del Cementerio, aunque otros dicen en un libro que fue una decisión de la Comandancia General, en una de mis peticiones decía: “Usted: señor político, a quién los votos le encomendaron la defensa del bien de los ciudadanos: ¿Qué le aflige, señor?. ¿Acaso no es feliz, y mucho más libre que este humilde escribidor?. Usted, en la soledad de su despacho, sin más broza y bálago que el musgo del silencio de las alfombras, limpio el aire como el de un quirófano, con el pasado y el futuro: ¿Por qué no acepta mi petición?. Por favor, traslade esa losa funeraria al Panteón de Héroes”.
Bueno pues igual que hacía con esa petición sobre la “Losa de Arruit”, ahora lo hago con la calle Napoleón: Por favor, Señora Consejera de Cultura: Retire esa ignominiosa placa de nuestras calles, y de paso también las del Viento, Espalda al Viento, y la inexplicable: Paralela al Sol, que ya me dirá en que hora del día, exactamente, esta vía se encuentra paralela al astro sol. A no ser que el “Lumbreras” que autorizó ese nombre, se leyera “El Postulado de las Paralelas de Euclides”, y encontrara algo similar; cosa que me extraña.
Como la Historia está llena de nombres de Héroes y Mártires, que dieron sus vidas por la liberación de nuestra Patria, sería muy interesante que los que cobran dirigiendo la “Cosa Culta”, se empleasen en ello, y comenzaran por actualizar los nombres de las calles.



MARÍA DE MORA, CALIXTO GIL, GRUMETE DEL CHAMBEQUÍN “ANDALUZ” Y NAPOLEÓN

En varias de las 100 “Cartas desde la Purísima”, que este periódico me publicó hace varios años, donde yo relataba las “vivencias” de los distintos soldados, uno de Infantería “decía”: “Me llamo Vicente Falomir Chiva, y soy soldado del Rgto. Infantería Melilla nº 59. Nací en un pueblecito de Castellón, llamado, Borriol, y les escribo desde el Panteón de Margallo, junto a Francisco Calabuig. Ambos solemos hablar con María de Mora, una señora que murió en la mañana del día 7.01.1775, al intentar ayudar a un soldado, junto a las murallas de la Batería Real. También vemos a menudo un niño que siempre anda correteando por los alrededores de estas tumbas. Nos dice que ese niño, con apenas 14 años lo mataron el 13.03.1775, de un disparo traicionero, en el Torreón de San Juan, dos meses después que a ella. Nos comenta que el chavalillo, se llamaba Calixto Gil, grumete del chambequín de la Plaza, “Andaluz”, el barco que trajo al Mariscal Sherlok para ponerse al mando de la defensa de la ciudad.
Otro Héroe decía: “Soy Antonio Muñoz León, 2º Tte. del Rgto. Llerena 11, y les estoy escribiendo desde el Panteón de Margallo. Nací en Sevilla, el 31.06.1890. Los moros me hirieron, en Sidi Musa, el 27.07.1909, y fallecí en el Hospital de Sangre, de la Florentina. Desde el Panteón de Aviación, jugando con otros niños muertos, hijos de civiles, observo a Calixto Gil, el grumete del “Andaluz”, que nos grita diciéndonos que él también les envía besos, y muy particularmente a una señora, asidua lectora de estas “cartas”, que se emocionó al leer su nombre cuando correteaba, jugando, por estos silenciosos patios. Así que, con todo el cariño, y la sonrisa de Calixto, recíbanlo, junto a los nuestros”.
Y ahora mi humilde reflexión: Creo que sería muy benemérito, y plausible, por parte de las autoridades, tanto civiles, como militares, que se les rindieran unos sencillos honores a los 90 españoles: 88 soldados y desterrados, a María de Mora, la que yo “bautizo” como la “Agustina de Aragón Melillense”, y al niño, el grumete, Calixto Gil, que cayeron en su defensa, durante aquéllos 100 días. Yo, mediante estos escritos, como en las “Cartas”, iré nombrando a algunos de aquéllos defensores, como los que figuran en las relaciones de caídos en defensa por nuestra ciudad, durante más de cinco siglos. Esa es mi modesta forma de rendir los honores que todos ellos se merecen, y estén en las páginas gloriosas de nuestra Patria.
De momento ahí tienen dos nombres, muy significativos: el de la señora María de Mora, que murió, bajo un bombardeo, que nuestros soldados llamaban: “El Rosario de Mahoma”, cuando prestaba auxilio a un soldado; y el del niño Calixto Gil. Esas personas, aunque durante más de dos siglos han sido anónimas, como cientos de Héroes y Mártires, creo que por sus acciones gloriosas en defensa de la ciudad, se merecen que sus nombres figuren en nuestras calles, y no de algunos mindundis, que solo tuvieron la suerte de haber nacido aquí, y otros, ni eso.
Antiguamente, se reunían los llamados, “Hidalgos e Infanzones”, que era la nobleza sin titulo, en cuyo sello constaba el lema: “Pro libertate patria gens libera state”. Que quiere decir: De pie la gente libre a favor de la libertad de la patria”. En la actualidad, esa gente, son los Consejeros, Directores, Asesores, los Vices de todos ellos, y demás fauna política que, gracias a sus orondos culos, tienen sus poltronas calentitas. Y según dicen, algunos cobran más que el Jefe de todos ellos, que manda huevos, ¡eh!. Y todo ese jurdó, como saben, sale proporcionalmente de la “Tarta” que “Montogooo”, reparte cada año entre todos nosotros, inocentes españolitos. Por ejemplo: Si un Consejero cobra cada mes unos 4.200 eurazos, -menuda paga, ¡eh!-, la carga impuesta que lleva su cargo, es la “mojarse” y atender las humildes peticiones, que uno de esos españolitos le hace por medio de estas páginas: ¡Qué menos!. Sobre lo que cobra el nuevo Director General de Cultura, créanme que no lo sé, pero pienso que él también debe tirarse al albero, junto a la Consejera y ambos, al alimón, y aunque no corten oreja, al menos que peguen unos capotazos culturales, que buena falta hace en nuestras calles.
Repito lo que decía en mi anterior escrito: Que los Protectores del Patrimonio, descuelguen sus metopas con sus honoríficos nombramientos, de ojana, y se reúnan con éste Director y con la Consejera de lo “Mismo”, y procuren “descabalgar” a Napoleón de su placa en la Falda de Camellos.
Y si al “Niño del Calderito”, alguien lo tiene condenado al bello, y amistoso ostracismo cachondón; yo, desde estas humildes líneas, le animo a que coja de una vez la pluma, les endiñe un “calderazo” a todos los envidiosos “mascabrevas”, y nos deleite con su sapiencia en la Historia de nuestra ciudad.


RAMON CONTI, SIDI ALÍ EL BEGUI Y NAPOLEÓN


El 14.07.1804, dos barcas repletas de víveres y medicinas procedentes de la Península con destino a Melilla, son interceptadas por corsarios ingleses, y llevadas a Chafarinas. Inmediatamente envían un emisario a la ciudad, pidiendo un rescate de 9000 duros de plata. Ante esta situación, Ramón Conti, el Gobernador, con las arcas de la ciudad vacías, habla con un moro argelino, Sidi Alí El Begui, que fue quien los prestó, pudiendo así abastecerse toda la población.
El 5.08.1804. Reinando en España Carlos IV, con el valimiento de Godoy, en Melilla, como en todas las posesiones de África, se carecía de todo lo necesario para el sustento diario. No había ni aceite, ni medicinas, y se estaba a media ración de pan por persona y día. Ante esta situación el Tte. Coronel, Ramón Conti, Gobernador de la ciudad, mandó a Narciso Martínez salir con su falucho a pedir auxilio al primer puerto de España que encontrase.
A primeros de Julio de 1805, llega a Málaga un lanchón procedente de Melilla, con la solicitud de un envío urgente de víveres, ya que la guarnición de la Plaza estaba a media ración. Ramón Conti decía que Melilla se encontraba “en extremado apuro de indigencia, y en los últimos instantes de su exterminio por carecer de los principales artículos de primera necesidad para su subsistencia”.
El escrito de Ramón Conti llegó a manos del Brigadier, Jaime Moreno y La Corte, Gobernador Político y Militar de Málaga, y éste encomendó al Veedor y Ministro Principal de la Real Hacienda, para que tomara las providencias oportunas, ya que incumbía a éste alto funcionario atender las necesidades de los Presidios Menores, como entonces se les denominaba a Melilla, Isla de Alhucemas y el Peñón de Vélez de la Gomera.
El 8.04.1806, el Almirante inglés, Sir Willian Sydney Smith, puso sitio a Alhucemas, con un navío y varias fragatas, conminando a la rendición de la Plaza. El temporal que se levantó a continuación impidió la invasión, aunque Cumplido, su Gobernador, había rechazado tal rendición. Nos imaginamos la suerte que hubieran corrido si el temporal no hubiese hecho acto de presencia en aquellos momentos.
El 29.06.1806, se repite la misma felonía que el 14.08.1804, con nuestros “amigos” ingleses; esta vez costó 9000 reales y fue el mismo prestamista quien sacó de apuros a la ciudad.
El 7.08.1808, Napoleón confecciona en Bayona una Constitución, a su gusto, para España; pero no es promulgada, ya que es un “Dictak y no se consideraba española.
El 16.02.1810, es descubierta una conspiración para la entrega de la Plaza a los franceses. Diego de Quijano y Miguel Chamizo, los conspiradores, fueron condenados a seis meses de rigurosa prisión.
El 25.03.1811, Ramón Conti envía presos, a Cádiz, a 79 individuos de la guarnición, por ser los promotores de un conato de motín debido a la noticia de liberar a algunos presidiarios por el escorbuto y el hambre que había en la Plaza.
Y ahora viene la siguiente reflexión: Si las autoridades, que mandan en las cosas de la Cultura en nuestra ciudad; que imagino debieran saber, si no toda, al menos algunos rasgos de nuestra Historia: Cómo es que Ramón Conti, no tiene una calle en nuestra ciudad, junto a Sidi Alí El Begui, y que Napoleón campe con sus respetos, mirando la Estrella, que tiene al lado, con una mano en el pecho, y con la otra rascándose un “cojón”, dándole el Viento en el careto, de Espalda al “Mismo”, desde la falda de Camellos, y además cachondeándose de las autoridades que le permiten estar ahí.
Nombro al argelino, Sidi Alí El Begui porque, a pesar de que cobraría sus intereses por el préstamo; creo que en algo hizo para que la población de Melilla, en parte, mitigara el hambre; y aunque tarde, estas autoridades, que tan pródigas son para colocar nombres de mindundis de ojaneta, en algunas calles, en agradecimiento debieran cambiarlos por el de estas dos personas que ¡¡SÍ HICIERON!! algo por la ciudad en aquéllos años tan aciagos para los que residieron en ella. Porque no debemos olvidar que aquél Gobernador las pasó muy putas, intentando dar de comer a la población civil, a la del presidio y a la guarnición; manteniendo el orden establecido, y muy importante, como era la defensa de las murallas de nuestros belicosos vecinos.
Yo creo que tanto el nuevo Director de Cultura, como la señora Consejera del Ramo, que deben cobrar sus magros y buenos sueldos; como los Protectores del Patrimonio, que no cobran ni un puto duro, pero tampoco dicen “esta boca es mía” algo debieran hacer al respecto. ¿No creen ustedes?.
Para finalizar debo señalar que Melilla tiene una veintena de calles con nombres que fueron Héroes y Mártires, en la Guerra de la Independencia.



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