01 marzo 2017

CANTINERAS HEROICAS

Cada vez que viajo a Melilla, y visito la tumba de mis padres, también subo hasta el glorioso patio del “Ángel”, para “saludar” a Juana Martínez López, que fuera la cantinera de Batel, más conocida como la de Monte Arruit, porque al caer Batel, cuando las tropas se retiraron hacia Arruit, una de las personas que se integró en aquélla fuerza, fue Juana, la cantinera. Sobre dicha marcha, y lo ocurrido en esa posición, Juana declararía ante el General Picasso, en la elaboración del famoso expediente que lleva el nombre de este general. También sobre la intervención quirúrgica de la amputación del brazo izquierdo al Tte. Coronel Fernando Primo de Rivera, Eduardo López Ortiz, Tte. Coronel del Rgto. de San Fernando, recordaría en su diario: “…Entre las dolorosas bajas que sus granadas nos producen hay que lamentar del Tte. Coronel Primo de Rivera, a quien un trozo de proyectil deja destrozado el brazo izquierdo. La herida es horrible y se impone la necesidad de amputar el miembro inmediatamente. No hay cloroformo ni anestésico alguno y eso es un contratiempo casi insuperable; lo sabe el valeroso jefe y él mismo anima a los médicos para que le operen sin miedo ni reparo: “Aguantaré”, dice: “Que me den un trapo para morder”. Y sin un grito, sin una queja, soporta estoicamente aquella intervención, pues ya adelantada, solo se le oye decir: “Terminen pronto”. Al fin concluyen los cirujanos y, agotado por los sufrimientos, se deja a aquél mártir en la cama, que hasta entonces ocupó el General. La desgracia nos ha conmovido a todos, y muy hondamente a sus amigos y compañeros. ¡Pobre Primo, siempre cariñoso, siempre animado y alegre! ¿Sobrevivirá?. Creo que si…”. Lamentablemente no fué así, ya que murió en la enfermería de la misma posición, en los brazos de la Cantinera Juana.
Sobre la salida de las tropas el 9.09.1921, y la masacre que hubo en Monte Arruit, lo narró en “La Correspondencia Militar” (Madrid), el 27.10.1921, la testigo Carmen Rueda, hija del cantinero de Dar-Drius, cuando acudió a Arruit para recoger los restos de su padre: “...Carmen se lo había oído a la cantinera del Batel, Juana Martínez, la mujer que prestó sus más solícitos cuidados a los heroicos defensores. Refería que cuando salían las tropas formadas, sin armas: por delante, en sillas, en tableros, como podían, llevaban a los heridos y enfermos, confiados por el pacto hecho, y entonces sobre ellos cayó la jauría de tigres, que asesinó sin piedad, traidora y cobardemente, cazando a los pobres que huían…”.
La de Monte Arruit, María Gómez Gil, que pocos recuerdan, fue la que también representó, entre los cientos de mártires de esta posición, el espíritu de la mujer española, como la compasión y el amparo maternal que tuvo con nuestros soldados. En su regazo descansaron algunos moribundos que cayeron bajo las balas del enemigo que los sitiaba. Contaban que María Gómez, envejecida y demacrada, tal como la vieron en el Hospital de Melilla, hizo la aguada aquellos aciagos días, en que nadie se hubiera atrevido a hacerlo. Ella, pese a la precariedad de la situación, llevó el consuelo del agua para muchos heridos, y dió a todos el alto ejemplo de su valor patriótico, con su entereza como mujer y la resignación ante la cruel adversidad.
Esta mujer fue herida de tres tiros: Uno de los días que regresaba a la posición de Arruit con un poco de agua, recogida del arroyo, cubierto de cadáveres en descomposición, recibió dos disparos. Pudo llegar malherida hasta la posición, y al entrar en ella por una ventana de las dos pequeñas construcciones entre las que se levantaba el arco de entrada, teniendo el cuerpo vencido por la parte de dentro y los pies aún en alto, y derribada en tierra, recibió otro tiro en una pierna. .
También hay que nombrar a Dolores Llompart Llevería, que llegó a Melilla el 30.07.1909, siendo la cantinera del Bon. de Cazadores, Alfonso XII.
En esta Campaña del “Barranco del Lobo”, se popularizó Asunción Martos, cantinera del Batallón de Cazadores de Talavera, de la que en el Museo del Alcázar de Toledo se conserva un retrato vestida de uniforme. Existe la anécdota recordando que el vino que vendía, “...no era ni blanco, ni tinto, ni de otro color...”, aunque le pedían que “...echara media de vino al porrón...”. Hay quien afirma, según la Revista Nuevo Mundo (1909), que Asunción Martos había dado su nombre, durante la Guerra Civil, a la popular canción titulada: “El vino que vende Asunción”.
En el transcurso de 1920, Vicenta Valdivia Salmerón, nacida en Berja, Almería, con tan solo 17 años, se sintió atraída por el reciente creado Tercio (La Legión); y viajando a nuestro Protectorado se empleó en Tahuima, como encargada de la limpieza del bar de la 1ª Bandera, donde el Comandante Vicente Rojo, la bautizó como “La Peque”. También Herminia Morgado Fuentes, de 23 años, Cantinera de La Legión, fue herida en campaña. Muerta el 9.10.1925. Sus restos descansan en la Fosa General, parcela 14, de nuestro Cementerio.
Entre aquéllas primeras cantineras de la Guerra de África (1859-60), fue muy célebre Ignacia Martínez, que con riesgo de su propia vida salvó la de un oficial herido, y las de muchos soldados, dándoles el cariñoso aliento en sus últimos momentos.

Yo solo espero que estas sentidas y humildes líneas, sirvan como un pequeño homenaje a aquéllas mujeres que ofrecieron sus vidas en defensa de nuestros soldados, en los campos de batalla. También ruego a la clase militar de nuestra ciudad, al mismo tiempo que rinde cada año homenaje a nuestros Héroes y Mártires, también lo haga, con todos los honores, a estas abnegadas y heroicas mujeres. Como al Soldado Presbítero, Vidal Pons, Capellán Voluntario en La legión, perteneciente a la Orden de los Escolapios, que una vez herido de gravedad, fue retirado del campo de batalla por la cantinera del Tercio, y un legionario. Para información de historiadores, este Soldado Presbítero se halla enterrado en el Panteón de Héroes, a la derecha del altar, (Evangelio).

“LA CARGA DE LOS TRES REYES”

El 11.07.2010, Arturo Pérez Reverte, en “Patente de Corso”, escribía este artículo, que si la dirección de este periódico, tiene a bien de reproducir, yo le quedaría muy agradecido:
...Ya ni siquiera se estudia en los colegios, creo. Moros y cristianos degollándose, nada menos. Carnicería sangrienta. Ese medioevo fascista, etcétera. Pero es posible que, gracias a aquello,...mi hija no lleve hoy velo cuando sale a la calle.
Ocurrió hace casi ocho siglos justos, cuando tres reyes españoles dieron, hombro con hombro, una carga de caballería que cambió la historia de Europa. El próximo 16 de julio se cumple el 798 (815) aniversario de aquel lunes del año 1212 en que el ejército almohade del Miramamolín Al Nasir, un ultra radical islámico que había jurado plantar la media luna en Roma, fue destrozado por los cristianos cerca de Despeñaperros. Tras proclamar la yihad -seguro que el término les suena- contra los infieles, Al Nasir había cruzado con su ejército el estrecho de Gibraltar, resuelto a reconquistar para el Islam la España cristiana e invadir una Europa -también esto les suena, imagino- debilitada e indecisa.

Los paró un rey castellano, Alfonso VIII. Consciente de que en España al enemigo pocas veces lo tienes enfrente, hizo que el papa de Roma proclamase aquello cruzada contra los sarracenos, para evitar que, mientras guerreaba contra el moro, los reyes de Navarra y de León, adversarios suyos, le jugaran la del chino, atacándolo por la espalda. Resumiendo mucho la cosa, diremos que Alfonso de Castilla consiguió reunir en el campo de batalla a unos 27.000 hombres, entre los que se contaban algunos voluntarios extranjeros, sobre todo franceses, y los duros monjes soldados de las órdenes militares españolas. Núcleo principal eran las milicias concejiles castellanas -tropas populares, para entendernos- y 8.500 catalanes y aragoneses traídos por el rey Pedro II de Aragón; que, como gentil caballero que era, acudió a socorrer a su vecino y colega. A última hora, a regañadientes y por no quedar mal, Sancho VII de Navarra se presentó con una reducida peña de doscientos jinetes -Alfonso IX de León se quedó en casa-. Por su parte, Al Nasir alineó casi 60.000 guerreros entre soldados norteafricanos, tropas andalusíes y un nutrido contingente de voluntarios fanáticos de poco valor militar y escasa disciplina: chusma a la que el rey moro, resuelto a facilitar su viaje al anhelado paraíso de las huríes, colocó en primera fila para que se comiera el primer marrón, haciendo allí de carne de lanza.
La escabechina, muy propia de aquel tiempo feroz, hizo época. En el cerro de los Olivares, cerca de Santa Elena, los cristianos dieron el asalto ladera arriba bajo una lluvia de flechas de los temibles arcos almohades, intentando alcanzar el palenque fortificado donde Al Nasir, que sentado sobre un escudo leía el Corán, o hacía el paripé de leerlo -imagino que tendría otras cosas en la cabeza-, había plantado su famosa tienda roja. La vanguardia cristiana, mandada por el vasco Diego López de Haro, con jinetes e infantes castellanos, aragoneses y navarros, deshizo la primera línea enemiga y quedó frenada en sangriento combate con la segunda. Milicias como la de Madrid fueron casi aniquiladas tras luchar igual que leones de la Metro Goldwyn Mayer. Atacó entonces la segunda oleada, con los veteranos caballeros de las órdenes militares como núcleo duro, sin lograr romper tampoco la resistencia moruna. La situación empezaba a ser crítica para los nuestros -porque sintiéndolo mucho, señor presidente, allí los cristianos eran los nuestros-; que, imposibilitados de maniobrar, ya no peleaban por la victoria, sino por la vida. Junto a López de Haro, a quien sólo quedaban cuarenta jinetes de sus quinientos, los caballeros templarios, calatravos y santiaguistas, revueltos con amigos y enemigos, se batían como gato panza arriba. Fue entonces cuando Alfonso VII, visto el panorama, desenvainó la espada, hizo ondear su pendón, se puso al frente de la línea de reserva, tragó saliva y volviéndose al arzobispo Jiménez de Rada gritó: «Aquí, señor obispo, morimos todos». Luego, picando espuelas, cabalgó hacia el enemigo. Los reyes de Aragón y de Navarra, viendo a su colega, hicieron lo mismo. Con vergüenza torera y un par de huevos, ondearon sus pendones y fueron a la carga espada en mano. El resto es Historia: tres reyes españoles cabalgando juntos por las lomas de Las Navas, con la exhausta infantería gritando de entusiasmo mientras abría sus filas para dejarles paso. Y el combate final en torno al palenque, con la huida de Al Nasir, el degüello y la victoria.
¿Imaginan la película?...¿Imaginan ese material en manos de ingleses, o norteamericanos?.. Supongo que sí. Pero tengan la certeza de que, en este país imbécil, acomplejado de sí mismo, gobernado por políticos aún más imbéciles carentes de toda identidad...no la rodará ninguna televisión, ni la subvencionará jamás ningún ministerio de Educación, ni de Cultura, porque aquí no habría despelote ni mariconeo, sino gente real que por amar a su tierra luchaban a morir.”
Como saben, Arturo Pérez Reverte es Académico de la Real Academia Española, desde el 12 de junio de 2003, ocupando la silla T.


LA GRAN DESVERGÜENZA

Como dice el refrán: “Por la boca muere el pez”. Eso es lo que a algunos políticos del PP, han quedado con sus culos al aire, por los comentarios que hicieron en su día, sobre la malograda ex-Alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, q.e.p.d.. El gran dominio de la hipocresía, y desvergüenza de que ahora hacen gala, no hay dios que lo abarque. Pero hay que recordarle a ese equipo caciquil de Rajoy, que valen lo que un pimiento morrón, que ahora al lavar sus conciencias, con frases “dolientes”, a esa señora la defenestraron ellos, y no los medios de prensa, como algunos han dado a entender. Creo que hasta hace pocos días, esta señora ya no pertenecía al PP de sus amores; pero tras su fallecimiento, seguía con su carnet nº 3. Al aragonés Labordeta: sí, ese que mandó a la mierda a esta gente, desde la tribuna, porque se burlaron de él, que sí pertenecía al Congreso, ¿por qué no se le tributó un minuto de silencio a su memoria?. Quizás porque era un antifranquista, con su “mochila” llena de libertad, a cuestas. En democracia, esperemos que el “maldito caso” de la Gürtel no termine, como en la época franquista, cerrado, como el proceloso caso de los “Aceites de Redondela”. No sé, quizás, pudiera ser que ahora a esa señora le cuelguen todos los marrones de la Comunidad Valenciana. Así conseguirán que muchos se vayan de rositas, haciendo el mismo gesto que Aznar les hizo a los universitarios de Oviedo, y Bárcenas a los periodistas de un aeropuerto. Aunque pienso, y no me extrañaría las falsas alabanzas, que siempre la protegieron, como a Ana Mato, a Rato y a Soria, poniéndose la careta una temporada, como con Bárcenas, y ahora quedarse con la que suelen llevar habitualmente, o sea con la suya. Jardiel Poncela lo define cojonudamente: “Los muertos, por mal que lo hayan hecho, siempre salen a hombros”; como, lamentablemente intentan hacer con esta señora, que por cierto, a mí no me caía mal. Pero lo que más jode es que esta gente nos tomen por gilipollas, como siempre lo han hecho.
El PP cerrando filas: “Rita consagró su vida a Valencia y a España. Su trabajo y su fortaleza las dedicó a los valencianos y al servicio público”. Pero las declaraciones de desaprobación desde su propio partido como Fabra en la cadena SER, tras conocerse las sospechas que la involucraban en el “caso Taula”, decía que era “difícil de creer que la ex-Alcaldesa de Valencia no supiera nada de lo que sucedía mientras muchos de sus colaboradores estaban siendo investigados: “Hace dudar”. Asimismo, le sugería que abandonara su acta de senadora cuando se conoció la decisión del Partido Popular de mantenerla en la Diputación Permanente del Senado. El ex-President le pidió que pensara qué era lo mejor para el partido, y que no lo antepusiera a sus intereses personales. Y el miércoles, poco después de conocerse su muerte, éste mismo señor la ha recordado como “una persona que ha materializado el sentimiento de cualquier político de ayudar a transformar la sociedad”, y apostillando: “Es un día triste, ha fallecido una gran política”. Andrea Levy, de Estudios y Programas del PP, en febrero de este año, hablaba en estos términos de la ex-Alcaldesa, en una entrevista en Onda Madrid: “Cuando uno no suma, cuando puede estar haciendo daño al partido, lo razonable y lo sensato es apartarse del foco”. Y horas después de fallecida, mostró sus condolencias: “Es un día triste para todas las personas del Partido Popular y especialmente de la Comunidad Valenciana y de Valencia, fue una gran alcaldesa”. Pablo Casado, Vicesecretario de Comunicación del PP, en declaraciones recogidas el 22 de febrero; el que en su día dijo sobre la Ley de la Memoria Histórica, que no había que recordar tanto “la guerra del abuelo”, pidió a Barberá que reflexionase, si ella “aportaba algo al partido PP”, porque “hay vida fuera de la política”, en caso de que la respuesta sea no, “que cada uno haga un ejercicio de reflexión”. Este miércoles, tras conocerse la muerte de la ex-regidora decía: “fue la mejor alcaldesa de Valencia y presidenta de la Federación Española de Municipios y Provincias. Lamento mucho el fallecimiento. Todo mi afecto a su familia. DEP”. Otra guinda más para este “pastel”: La Presidenta del PP en la Comundidad Valenciana, Isabel Bonig, el 15 de septiembre de este año opinaba que la única “salida digna” para la ex-alcaldesa: “Es mucho mejor que abandone su acta de senadora. Ella no quiere abandonarla, pasa al grupo mixto, y legalmente no podemos hacer nada”. Este miércoles Bonig afirmaba también estar “muy triste”: “Se va un referente político y la mejor alcaldesa de Valencia. Mi pésame a familia y amigos de Rita Barberá. La ciudad está de luto”. Javier Maroto, vicesecretario sectorial del Partido Popular, consideraba hace dos meses que la señora Barberá, no estaba demostrando ni “dignidad” ni “ejemplaridad”. En RNE decía: “No cumple ninguna de las dos cosas y lo lamento profundamente porque en su comunicado y en sus expresiones dice que no quiere hacer daño ni al partido ni a las instituciones y, desgraciadamente, hemos comprobado que no está siendo así”. Este hombre, hasta hoy, no ha ofrecido declaraciones a los medios sobre el asunto, así que no ha demostrado su falsedad. También en la misa celebrada por el Arzobispo de Valencia, en su homilia dijo: “Cuánto sufrimiento provoca la traición, el rencor, el abandono, la envidia y los celos”. Yo me quedo con el rencor, el abandono, la envidia y los celos.

Guiuseppe Tomasi Di Lampedusa, en su obra “El Gatopardo”, la gente poderosa, la de la “pasta”, y de la “casta”, decía: “Nosotros somos leopardos y leones, quienes tomarán nuestro lugar serán hienas y chacales. Pero los leones, leopardos y ovejas seguiremos considerándonos como la sal de la tierra”. Conste que yo no soy león, ni leopardo, ni tampoco oveja; pero sí un “jubileta”, que dice lo que piensa; y como dijo nuestro Carlos III: “Aceite, sal y vinagre, y asiento a la lumbre; y a esta vil canalla les impondré una coca en la bocamanga para que se distinga de mis bravos soldados”. Así es como yo distingo a esta caterva de políticos.

CONTROLADORES, ESTIBADORES Y PADEFOS

Dice la revista “Laboro” que el PPSOE rojo capullo, y el PPSOE azul gaviota, ambos son asociaciones empresariales que gobiernan “Españistán” desde 1939; más o menos desde que cautivaron, y desarmaron al ejército rojo, (que ya ha llovido, ¡eh!). Como todo el mundo sabe, las principales diferencias de opinión entre estas dos empresas asociadas son en los asuntos de los gays, con la Iglesia, las asignaturas marías (aquellas que se aprueban sin esfuerzo, y que carecen de importancia), el fumar en los bares, la velocidad en las carreteras: acuérdense del señor con bigote que dijo en una reunión de vinateros, rechazando el mensaje de la DGT “No podemos conducir por ti”, y que la gente sabía cuántas copas de vino puede beber sin correr riesgo, afirmando: “Quién te ha dicho a ti que quiero que conduzcas por mí”. Ahora que el acuerdo inquebrantable, lo tienen en lo más “superfluo”: ¡Bah!, cosillas sin importancia sobre las pensiones de ojaneta de muchas viudas y jubiletas, pero sobre todo en temas tan “irrelevantes” como es el derecho laboral para los curritos, y algunas cosillas “intrascendentes” de los bancos; que son tan humildes y pobrecitos que de vez en cuando hay que echarles una manita para que puedan subsistir.
Yo pienso que en la actualidad habría que cambiar “estibador” por “controlador”, y “huelga en los puertos” por “suspensión de vuelos”. Digo esto, porque cuando los controladores se pusieron “farrucos”, el gobierno del PPSOE rojo, sin haberse tomado la pastillita azul gaviota, todo el mundo protestaba por los sueldos de los controladores, que cobraban, según convenios. Ahora con los estibadores, que cobran igualmente según sus acuerdos, la gente pone el grito en el cielo cuando el PPSOE aún no se ha tomado su pastillita roja.
También en esta revista “Laboro”, se publica un “diccionario” muy particular, en el que la palabra “PADEFO”: “Dícese que es el trabajador cuya máxima en la vida es: PAso DE FOllones, ideal para el empresaurio hispánico. De hecho el objetivo único en las entrevistas de trabajo, suele ser el glorioso ejército pedefil, famoso por sus ataques suicidas en masa, mediante los cuales Españistán planea vencer a China en la guerra de costes salariales. El padefo tiene unos superpoderes y características muy útiles para los empresaurios hispánicos. Siempre irá a currar a tope, le hagan lo que le hagan, como si le bajan el sueldo, subirle la jornada, cambiarle el horario, quitarle las vacaciones, ponérselas cuando más le joda ( a él y a su familia), obligarle a comprar productos de la empresa. Incluso pueden dejar de pagarle varios meses y él seguirá yendo a trabajar sin decir ni pío. Comerá feliz su mierda y pedirá otro plato”.
Y ahora yo me pregunto: ¿Se habrá tomado, el PPSOE, su pastillita roja, para mezclarla con la suya azul, y poder arreglar lo de los estibadores?. Algunos creen que se le ha puesto de color morado, tono lila, dulce y cálido, que acobija sentimientos de nostalgia, trayendo a la mente recuerdos tristes de la vida, lo que lo convierte en un color poco favorable en la rutina diaria. Asi que quizá lo mejor sería mantenerse alejados de su impacto. Por si acaso.
Que así sea, Amén.



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